Liga y Copa: se acabó el funeral
El pasado jueves, cuatro días después del festival 5-0 en la final de Copa y tres días antes de ganar la Liga en Riazor, Catalunya Ràdio hacía una pregunta a sus oyentes: “¿Tienes ganas de rúa?”. El ‘Tot Costa’ argumentaba el por qué de la encuesta: “¿Estamos lo suficientemente eufóricos para hacer una celebración en la calle?”. Al día siguiente, RAC 1 planteaba una cuestión similar a sus fieles: “¿Eres partidario de hacer una rúa para celebrar el doblete?”. No esperé a saber el resultado final de los sondeos. En ambas emisoras voté que sí.
Se ganó la Liga, se festejó el doblete con la celebración que piden los jugadores y con la rúa que enloqueció a miles de barceloneses las radios obtuvieron la masiva respuesta. La plantilla, y Valverde, son los primeros a saber que todo cuesta, sí, y mucho. Saben que perdieron a Neymar tras una gira en que les engañó hasta a ellos. Saben que venían de una Supercopa donde la pegada del Madrid les hizo temer estar futbolísticamente a años luz. Se acuerdan que iniciaron la Liga en shock por el atentado de las Ramblas, con el nombre de Barcelona a la espalda y con sus familias en casa por temor a que fueran al estadio. Saben que en la primera titularidad liguera de
Dembélé se rompió para cuatro meses. Saben que si el 1-O no jugaban ante Las Palmas podían perder la Liga en los despachos. Saben que la adiós de Mascherano a medio curso fue un golpe para el vestuario. Saben que el no-gol de Messi en Mestalla, el arbitraje de
Mateu Lahoz en Las Palmas y las manos de Iago Aspas les privaron de ser campeones mucho antes. Saben que… ¿Seguimos?
Pero el relato ya estaba escrito desde el verano. Benedito repartía fascículos semanales de su moción de censura en el Colegio de Periodistas, Neymar salió volando, no se contrató a Coutinho, se fichó por 40 millones a un veterano que venía de la Liga china y había fracasado en el Tottenham... Con
Bartomeu presidente, Messi no iba a renovar. Mientras, TV3 y el Barça empezaban otra guerra fría por los paquetes VIP Experience. Al final, la tormenta perfecta no ha servido para nada. Al contario. Doblete con autoridad. Por primera vez, la Liga se gana invictos. En Copa, Liga y Champions, de 55 partidos se han perdido 2: el ‘Melendazo’ estéril de la Copa (el día que Messi falló un penalti en Cornellà) y el doloroso, inesperado e inexplicable revolcón de Roma. El Madrid –campeón de Europa los dos últimos años- está 15 puntos por debajo. De las últimas 10 Ligas, les ganamos 7 a 2. De las últimas 10 Copas, les ganamos 6 a 2. De las últimas 10 Champions, empatamos a 3. De las últimas 30 Ligas, hemos ganado exactamente la mitad. El Madrid, solo un tercio. Cuando gracias a Messi y a todas estas cifras, la madriditis debería ser un fenómeno periclitado, nuestras radios parece que celebran más los goles de los rivales del Madrid que los propios del Barça.
Curioso: cuando ningún club de Europa ha hecho jamás dos tripletes, aquí se nos exige el tercero. O triplete o funeral, esta es la imposición mediática. Aquí, en este delirante círculo perverso de la hipercrítica, en lugar de sumar títulos, se descuentan los que no ganas. Y puede, incluso, que ahora ilusione más una Premier para el Manchester City que un doblete del Barça
Cuando ningún club de Europa ha hecho jamás dos tripletes, aquí se exige el tercero