La polivalencia como recurso para soñar
Consolidada en la élite de la natación nacional, África Zamorano quiere crecer a nivel internacional
Debutó con la selección absoluta en una gran competición en el Europeo de piscina corta de Netanya 2015 y desde entonces se ha convertido en una habitual en ella. África Zamorano Sanz (11 de enero de 1998) es uno de los valores actuales de la natación española y afronta con ganas el reto de triunfar a nivel internacional absoluto.
Medallista júnior a nivel mundial y europeo, así como en Juegos de la Juventud, ha tenido que convivir desde entonces con las expectativas levantadas por sus resultados. “Mucha gente me comparaba con Mireia, pero siempre he ido a mi bola. No me gusta ponerme esa presión”, explica, dispuesta a trazar
Medallista en categorías inferiores, el año pasado ya fue semifinalista mundial
su propio camino. Lo hace en su club, el Sant Andreu, y guiada por su entrenador Jordi Jou, un mentor que siempre ha estado a su lado. “Es mi entrenador, pero también una especie de segundo padre”, cuenta.
Ambos están ligados a un club en el que África se inició a los tres años mientras compaginaba su deporte con otras actividades como ballet, música o hípica. Se decantó por la natación al llegar a la ESO y nunca ha pensado en cambiar de club o marcharse al extranjero. “Me han ofrecido irme a otros sitios, pero siempre le he visto más contras que pros. Este es mi club de toda la vida”, dice. En él encuentra facilidades para combinar entrenamientos y estudios, estos ya en fase universitaria. Lo hace centrada en su próximo gran reto: el Europeo de Glasgow de un verano en el que también falta por definir el equipo español de cara a los Juegos Mediterráneos. “Este verano no habrá nada que me quite la mirada de la competición”, cuenta.
África es la referente en espalda y en estilos del Sant Andreu y, tras ser semifinalista mundial el pasado año en Budapest y finalista europea en piscina corta, ya apunta a grandes objetivos. “En Hungría me quedé a las puertas de entrar en la final. Me gustaría estar en ella en Glasgow”, cuenta. “Sueño en grande”, corrobora Jou.
Él es una de las personas que mejor le conoce. “África lleva nadando desde los cinco años. Tuvo un chute de adrenalina muy fuerte porque participó en los Juegos de Río y al año siguiente igual cuesta un poco más arrancar”, dice. Eso sí, Zamorano ya lo hizo con esas semifinales mundiales, las cuales le han hecho ver que puede apostar fuerte por la natación. “A partir de ahí tengo las cosas un poco más claras y sé lo que quiero y a por lo que voy”, avisa.
Su primer objetivo en 2018 era asegurar su presencia en el Europeo, en el que estará a pesar de un inicio complicado de año. “No me estaba acercando nada a mis marcas en las primeras semanas y estaba nerviosa”, reconoce. Pese a ello, sí logró batir algunas marcas personales en el Nacional clasificatorio y acabó siendo incluida en el equipo nacional. Ahora, los 200 espalda asoman como su prueba de referencia: ya está a menos de medio segundo del récord de España de Duane da Rocha. “Siempre está ahí, pero se me resiste. Intentaremos bajar mi mejor registro en verano”, explica sobre una prueba en la que otros jóvenes valores como Cristina García Kirichenko empiezan a meter presión por detrás.
Un programa muy versátil
Está decidida a apostar por esta distancia en “su” estilo, aunque hay otro que gana enteros en su programa. “En el Nacional queríamos probar el 200 libre, que es una prueba a la que no estoy acostumbrada. La afronté con más ganas. No me lo esperaba, pero bajé mucho mi mejor marca”, celebra.
Aunque África siempre ha sido una gran estilista, a pesar de lo mucho que sufrió en un Nacional en el que estas pruebas no eran su prioridad. Dominadora de la espalda y del crol, es consciente de que tiene en la braza su punto menos fuerte. “La continuaremos trabajando, porque creo que la prueba que mejor se adapta a sus características es la de 200 estilos”, dice Jou.
Pero está prueba queda en segundo plano, porque el objetivo de Zamorano es dar un paso más en los 200 espalda, una prueba en la que ha alcanzado grandes resultados. “Veía meterme en una final como un objetivo a largo plazo. Ahora ves que ya está aquí el Europeo… Es un objetivo ambicioso, pero desde ya”, afirma.
Quiere ratificar las buenas sensaciones de Budapest. “Fue como ver que ya estoy en el mundo de los grandes”, dice mientras sigue creciendo. “Los resultados hacen que tenga más confianza en mí misma, especialmente este año. Budapest fue un Mundial y este año hay muchos países que no estarán porque nos toca un Europeo”, analiza.
Y repite. “Mi objetivo a corto plazo es nadar alguna final en Glasgow”. Y a largo… “Me encantaría repetir la experiencia de ir a unos Juegos en Tokio. Y si es con gente de mi club, mejor”, añade. Un club, el Sant Andreu, que ha logrado asentarse en la élite y que parece en buena disposición para poder luchar por meter a varios de los suyos en Japón. Porque el trabajo de todo su staff sigue dando sus frutos. Y África aspira a seguir recogiéndolos en el futuro: se ha ganado la licencia para soñar en grande
Afronta el Europeo de verano con el objetivo ambicioso de meterse en alguna final