Montilivi ha visto las dos caras del Girona
El equipo de Machín ha perdido su fortín al caer en los tres últimos partidos en casa
Puede que hasta mañana por la noche el Girona siga teniendo aspiraciones europeas. Estas son prácticamente imposibles pero se podrían ver liquidadas si el Sevilla consigue vencer al Madrid en el partido que tienen ambos pendiente, por tener que jugar la final de Copa del Rey ante el FC Barcelona, y que se disputará este miércoles.
El final de temporada del Girona no ha sido el esperado. Después de una campaña excelente en la que el equipo consiguió salvarse dos meses antes de que finalizase la competición, la plantilla se marcó el objetivo de alcanzar la séptima plaza para jugar la Europa League, pero Montilivi, que fue quien les hizo soñar, se ha acabado convirtiendo en una piedra imposible de superar para el equipo.
La racha de seis victorias consecutivas en su estadio, algo que solo han conseguido esta temporada Barça y Sevilla, convirtió al Girona en uno de los equipos más fiables de la Liga como local y los llevó de ser un teórico candidato a luchar por no bajar de categoría a catapultarlo por luchar en Europa, por delante de equipos como el Celta, la Real Sociedad o el Athletic Club. Incluso el Madrid sufrió en sus propias carnes la ambición y el empuje del Girona, que ha perdido fuelle y frescura este último mes y medio.
Cinco puntos de veinticuatro son unas cifras muy pobres para querer aspirar a competir con conjuntos como el Sevilla, pero si lo ampliamos a los últimos partidos en Montilivi aún es peor. Donde el Girona debía plantar su candidatura ha acabado siendo donde el equipo ha perdido sus posibilidades.
Un empate frente al Levante y tres derrotas consecutivas ante Betis (0-1), Espanyol (0-2) y Eibar (1-4), o lo que viene a ser lo mismo, 1 punto de 12 en su propio estadio. Seguramente y tal y como indicó Machín después de perder ante el Eibar, el sueño se comió la realidad, para un equipo que ha sido capaz de lo mejor, pero también de lo peor en Montilivi