Arbitrar al árbitro
Un clásico intenso del que después sólo quedó la obsesión por rearbitrarlo
El postpartido del Barça-Madrid quedó prácticamente reducido en todos los programas e informativos a un rearbitraje de las jugadas polémicas. Mientras en los espacios deportivos del extranjero se hablaba con entusiasmo del partido, en España todo se centró en el mal arbitraje y, más que una constatación, se convirtió en monotema a lo largo de la noche y del día siguiente. Cuantos más puntos de vista tiene una jugada polémica, más crece la polémica y más se alarga el conflicto.
El fútbol televisado es ese espectáculo del que cada vez presumimos de tener mejor tecnología aplicada para verlo a la perfección, y cuantos más puntos de vista tenemos, más polémicas acumulamos y entonces más necesidad tenemos de rearbitrarlo, y cuanto más podemos corregir al árbitro, más disparidad de opiniones genera esa jugada en los aficionados que la juzgan. Por lo tanto, más reclamamos el VAR para (dicen) tener menos polémicas e injusticias. Pero, a tenor de lo que hemos visto hasta ahora y con un partido tan polémico como el clásico de domingo donde cada uno ve lo que le da la gana, el VAR parece que no va a hacer otra cosa que ampliar el conflicto televisivo.
A partir de la temporada que viene, no sólo habrá en los programas e informativos la posibilidad de rearbitrar el partido sino de rearbitrar al árbitro, a los expertos del VAR y al realizador. Discutiremos por si el árbitro acertó o no al pedir el VAR, sobre por qué en una jugada lo pide y en cambio en otra no, que si por qué un determinado punto de vista no fue incluido en las valoraciones de la jugada o sobre si cómo es posible que con la ayuda del VAR el árbitro se siga equivocando. Cada vez está menos claro si las polémicas son culpa de los árbitros, de los jugadores que fingen o de la ofuscación del periodismo deportivo por recrearse en el conflicto y vivir de la polémica mediática de las jugadas dudosas. Estamos a cuatro meses de entrar en una nueva dimensión televisiva: no sólo maldecir al árbitro sino, además, polemizar sobre el uso del VAR. Abróchense los cinturones