EN LYON, CORAJE Y CORAZÓN
Final plagada de simbolismos y emociones para un Atlético que busca su tercer trofeo Todo empezó con la Europa League y los rojblancos confían en que sea un nuevo impulso La final de Grizi, la de Torres, la de la ‘Vieja Guardia’, la del Mono, la de la r
Aquellos que creen en el simbolismo sabrán apreciar los matices de esta encrucijada histórica. El Atlético de Madrid volverá a jugar hoy una nueva final, dos años después de la última, la de Champions League en Milán. Una final que tenGabi drá que jugar con coraje, con corazón, con corazón de Lyon.
El cuadro colchonero llega a la cita más importante de la temporada, la que marcará si la campaña es un éxito absoluto o sólo un éxito de los que acostumbra el equipo desde que Simeone se hizo cargo del mismo. Meterse una temporada más en Champions, seis seguidas, sería una proeza en el Atlético hace una década. Ahora es el día a día de un equipo que desde que conquistase precisamente este trofeo se ha convertido en una de las “referencias futbolísticas mundiales” como el propio entrenador rival, Rudi García, se encargó de recordar ayer.
Para aquellos a los que les pueda saber a poco, el propio Simeone se encargó de recordar algo: “Todo lo que vino después se debió a esta Europa League de Bucarest”. Para un equipo que se ha especializado en reinventarse de la mano del Cholo, la final de Lyon es un nuevo inicio en cierto modo. Por qué no una nueva espiral, un paso atrás para tomar impulso y levantar por fin una Champions.
Fernández lo tiene claro. “El Atlético necesita ganar y levantar títulos para seguir enganchado”. Y ese impulso pasa de nuevo por lo simbólico de Lyon. Una cita en la que en el 86 se perdió ante un rival muy superior aquella Recopa. Imaginar entonces que el ‘coco’ europeo sería décadas después este Atlético era complicado.
Pocas noches más especiales que la presente para un Antoine Griezmann que soñó ser futbolista a 70 kilómetros de esta ciudad, que soñó convertirse en lo que es hoy visi-
tando esta ciudad que le cerró la puerta al fútbol profesional. De nuevo el simbolismo. El galo quiso levantar títulos con el Atlético y esta noche tendrá la ocasión de hacerlo. Ante su afición, ante sus compatriotas, al lado de su ciudad... Una final que muchos desean para él que no sea el final, que sólo sea el primero de muchos títulos, pero esa es otra historia.
Y qué decir del resto, de la vieja guardia rojiblanca. De los Juanfran, Godín, Gabi, Filipe Luis, Koke, Saúl que han hecho todo el camino. Aquellos que saben lo que se sufrió para colocar a este Atlético a la altura de los mejores y que desean establecerlo finalmente y por décadas, en la elite mundial que ahora ocupa. Y más, el título soñado por el Niño Torres, el último, el más anhelado, el que imaginó de pequeño, cuando vio a los Kiko, Pantic, Solozábal, Molina, Simeone y compañía visitar a Neptuno en los noventa. La final también es suya. ¿Y por qué no la de Burgos, que estará en la banda? Para reivindicarse como la mitad de este cuerpo técnico que ha hecho historia