‘Enjaular’ a sus jugones... y atacar
El Atlético debe maniatar a Payet y Thauvin y explotar sus debilidades defensivas
Sería tan utópico como poco aconsejable pedirle a Simeone que su Atlético no fuera su Atlético en un partido tan trascendente, pero no estaría de más que, de salida, los rojiblancos mostrasen su perfil más atrevido tratándose de una final en la que la especulación a veces no es la mejor compañía y teniendo en cuenta que el rival ataca mejor que defiende y, por lo tanto, es vulnerable si se le aprietan las clavijas atrás.
Para un equipo experto en el arte defender colectivamente, como es el del Cholo, no debería ser un trauma controlar la proyección ofensiva del OM, que maneja mejor el contraataque que el ataque posicional, pero valorando sobremanera que en los tres cuartos de campo del enemigo se mueven dos jugadores capaces de resolver contiendas por sí mismos. Dos jugones, cada uno en su estilo.
Si el Atlético consigue ‘enjaular’, desconectar, minimizar a Payet y Thauvin, tendrá media final ganada. No será fácil. Son dos jugadores con glamour, que se mueven en la mediapunta, que intercambian sus posiciones y saben buscar las espaldas de los mediocentros y citar a los centrales desde las distancia. Ambos se complementan a la perfección y sus estadísticas de la temporada aterrorizan. Tanto en goles como pases de gol. Más las de Thauvin (26/11) entre Liga y Copa. Arranca desde la derecha para barrer todo el frente del ataque.
Controlados ellos, bien haría el Atlético en dar la cara. En ocupar el campo contrario. Los dos laterales marselleses dudan cuando se les busca y los dos centrales (Rami-Rolando) son lentos en las distancias
cortas.
Tienen los hombres de Simeone la virtud de jugar de memoria. De saltar del plan A al plan B sin hacer cambios. El original 1-4-4-2 sirve para jugar con los cuatro volantes centrales (Thomas-Gabi-SaúlKoke) y también para sacrificar uno y colocar un hombre más ofensivo (Correa o Vitolo). De ese dibujo al 1-4-1-4-1, solo hay un paso, retrasar a uno de los mediocentros (Gabi o Thomas) y mandar a Griezmann a una banda para desde allí tener otro horizonte en sus maniobras.
La prueba de Getafe con un centro del campo en rombo y Koke en el vértice superior no se antoja una casualidad. Se hizo por algo. Y la de los tres centrales de partidos pasados, también huele a variante en caso de extrema necesidad.