Maravillar con el agua al cuello
Nadal dio otro giro a su capacidad infinita de sorprender a todos al noquear a Zverev después de la lluvia
Hacía tiempo que no se veía a Rafa Nadal tan desarmado y expuesto ante los potentes tiros de su rival y, sin embargo, él ganó la final. ¿Qué ocurrió? Rafa Nadal o cómo ganar con el agua al cuello, la última versión de un tenista incomparable con dotes de prestidigitador si hace falta.
En otro giro más a su capacidad infinita para sorprender a todos, el balear edificó el domingo otra victoria para el recuerdo al noquear a Alexander Zverev después de la lluvia. Con un saque y un revés infernales para Nadal, el alemán iba como un tiro hacia la victoria al dominar por 1-6, 6-1 y 3-1 con break arriba en el tercer set.
Era entonces el manacorí un jugador a expensas de ‘Sascha’, incapaz él de cambiar la dinámica del choque, pero apareció la lluvia, se paró la final casi una hora y al volver Nadal dio la vuelta al partido como un calcetín: parcial de 5-0, Zverev ya no ganó ni un juego más y Rafa ensanchó su imperio romano (ocho títulos) y, por ende, su reino sobre tierra (56 trofeos).
“En el momento que ocurrió, yo no sentí que el parón por la lluvia me ayudaría. Esa es mi sensación. Si lo analizamos ahora, es verdad que podemos decir que, por supuesto, el parón me ayudó. Pero realmente, en mi opinión, lo que me ayudó es que volví a la pista con las ideas claras en cuanto a la táctica y las decisiones que debía tomar en el partido. También tuve un poco de suerte al hacer el break enseguida. Eso fue una gran ayuda y creo que después jugué con la determinación y la estrategia adecuadas”, reflexionó Nadal.
Dos tenistas reforzados
“No hay nada que pueda hacer sobre eso”, terció Zverev. “La próxima vez tengo que encontrar una forma de volver mejor a la pista después de la lluvia y jugar mejor tenis. Rafa salió más rápido y jugó mucho más agresivo que yo. Con el cansancio acumulado, yo no tuve tiempo suficiente para activarme otra vez. Cambió el momento del partido y con Rafa no tienes opción si tú no estás en el partido ni sientes bien la bola”, explicó el alemán, de 21 años y nº 3 mundial.
Cada uno a su nivel, tanto Nadal como Zverev salen reforzados de Roma y, por tanto, encararán Roland Garros con firmeza. El manacorí abordará el asalto a su 11º título en París con el nº 1 recuperado y su imagen de tenista casi intocable sobre arcilla, más aún a partidos a cinco sets de Grand Slam. Su balance en Roland Garros (79 victorias y 2 derrotas) es casi un insulto para el resto de mortales, pero ahí luce en todo su esplendor.
“Rafa será sin duda el favorito en París. No estuve lejos de ganarle en Roma, final Masters 1.000 en tierra. Tuve la sensación de tener bajo control la mayor parte de los puntos en el segundo set y el principio del tercero y eso es muy importante contra él”, dijo Zverev.
‘Sascha’ aún debe ratificar en los Grand Slams su enorme potencial. Nunca ha llegado siquiera a cuartos de final. Sus latigazos en Roma le abren el horizonte en París. Con Nadal no se mediría hasta una hipotética final. Visto lo visto, por si acaso, mejor para los dos