Klopp cree, Zizou calla

JÜRGEN KLOPP ES UN ENTRENADOR

magnético, revolucionario y transgresor, con el que embarcarse al fin del mundo. Con él la distancia entre el Real Madrid y el Liverpool, amplísima si se comparan plantillas, estrellas y experiencia internacional en los últimos años, se reduce. El entrenador alemán ve en la final de Kiev una gran oportunidad y hasta se ha permitido tender una trampa a Marcelo, señalando que no defiende. Nunca se sabe cuando Klopp ironiza o hace un guiño. Sea como sea, ha conseguido remover los cimientos de Anfield para que el aficionado ‘red’ crea que este temible Madrid que aspira a ganar tres Champions consecutivas tiene sus puntos débiles. El Liverpool está rebañado del carácter explosivo de su técnico, dinámico y letal en ataque, con un tridente potente como Firmino, Salah (42 goles) y Mané y Van Dijk, un central fiable que batió todos los récords de traspaso de un defensa (85 kilos).

SI KLOPP ES CAPAZ DE TOCAR EL

cielo con su carisma, Zidane es lo opuesto, un entrenador que llega a su tercera final quitándose méritos. Una barbaridad. Zizou no tiene inconveniente en reconocer que no es un genio ni un estratega, pero tiene otros atributos que tienen que ver con una eficiente gestión del vestuario. Y con su maestría. Ese es su secreto, a pesar de que en la primera mitad de temporada el equipo se le fue de la mano para perder Liga y Copa de una tacada. Un fiasco inaceptable para un Madrid que sabe caminar de puntillas en el alambre, entre la calamidad y el éxtasis. Bale ha agitado la alineación y aspira a volver a los grandes escenarios. Sus cuatro últimos goles y su gran estado de forma le avalan, pero es difícil apostar por el viejo tridente cuando el 4-4-2 ha dado tan buenos resultados con Lucas, Isco o Asensio. La mística está con el Liverpool y el temperamento con el Madrid