YATES SE TAMBALEA
En la primera de las jornadas claves el líder Yates sufre y pierde tiempo con Dumoulin, Pozzovivo y Chris Froome Schachmann ganó la 18ª etapa, por delante del español Rubén Plaza, al que le faltó frescura al final de la ascensión
Hay carrera. Hay Giro de Italia. Cuando parecía que nada ni nadie podía toser a Simon Yates, en la primera de las tres etapas decisivas que le restan a la Corsa Rosa el líder daba síntomas de flaqueza por primera vez en lo que se lleva disputado de carrera. El líder del MitchletonScott se tambaleaba en los compases finales de la 18ª etapa entre Abbiategrasso y Prato Nevoso, de 195,7 km. Cuando daba la sensación que Yates y su equipo lo tenían todo bajo control en los kilómetros finales del día, Tom Dumoulin demarraba del selecto grupo superviviente que perseguía a los escapados. Chris Froome y Domenico Pozzovivo estaban listos y saltaban a rueda del holandés, no así Yates, incapaz de ponerse encima de su bici, limitándose a ver la marcha de sus rivales. Se sabía que la carrera iba a moverse y el británico no supo encontrar una respuesta.
Mientras, por delante el joven alemán Maximilian Schachmann (Quick-Step), 24 años, era el primero en cruzar la línea de meta, deteniendo el cronómetro en 4h55’42”, por delante de un combativo Rubén Plaza (Israel Cycling Academy). 14 años separan a ambos y esa chispa final propia de la juventud es la que le faltó al español para poder discutirle el triunfo al berlinés, que ya ganó una jornada en la Volta a Catalunya y que ayer se convertía en el 13º ciclista alemán en conquistar una etapa en el Giro. Sigue resistiéndose una victoria española en la 101ª edición de la carrera italiana.
López movió el avispero
Con una escapada formada casi de inicio, con una ventaja que estuvo durante muchos kilómetros en los 15’, la mirada de los aficionados se centraba en ver si por delante el veterano Plaza alcanzaría la gloria –sólo le resta una victoria en el Giro, tras la que tiene en el Tour y la Vuelta–, y si por detrás en el grupo de los favoritos habría pelea y cuándo se produciría. Tal como iba la etapa todo iba a decidirse en los 13 kilómetros finales, en la ascensión a Prato Nevoso (1.600 metros), con rampas que iban del 7% al 10%, una ascensión tendida que iba mejor a los pretendientes al trono de Yates que al propio monarca de la carrera.
La tensión se palpaba entre los gallos. Poels saltaba de su disciplina y abría hueco. También Pello Bilbao. Poco después lo intentaba Richard Carapaz en busca de restar tiempo a Miguel Ángel López por el maillot blanco al mejor joven, pero sin quererlo el ecuatoriano sería el encargado de mover con violencia el avispero. ‘Supermán’ López, con una golpe de pedal excelente, fue ganando metros, y con su ataque motivó que Tom Dumoulin también lo buscara. Froome pestañeó y salió a rueda del holandés con agilidad y rabia como en sus mejores tiempos. Gran lectura de la carrera, la misma que haría Pozzovivo. Por detrás, Yates, ya sin equipo, iba a rueda de Carapaz y Bilbao, pero tenía hasta problemas para seguirles, tanto que llegó a ceder unos metros al final.
‘Supermán’ López llegó a 10’48” del ganador, Maximilian Schachmann, y el trío de Froome, Pozzovivo y Dumoulin lo hizo a 11’03”. 28” después cruzaba la meta un Simon Yates con cara de pocos amigos. Sí, sigue liderando la carrera, pero sus rivales le han recortado un tiempo precioso y aún quedan dos etapas extremas. La primera hoy, de 185 km. Está considerada la jornada reina, con un durísimo final en Bardonecchia y tres cotas más antes, entre las que se halla la Cima Coppi.
Cuando parecía que el guión ya estaba escrito, ayer se abría un nuevo capítulo en el Giro de Italia con un incierto y apasionante final