El mito no para

ASÍ COMO PIQUÉ HA DECLARADO en varias ocasiones que tras Rusia-2018 no hay marcha atrás y abandonará la selección, a Iniesta se le hace un nudo confirmar que este será su último Mundial. En su interior sabe que su etapa en la Roja toca a su fin y es el colofón de su despedida del Barça; será muy difícil que su luz se mantenga encendida en Japón. En realidad, el jugador que se convirtió en mito por su gol en la final de Sudáfrica-2010 ante Holanda vive un largo adiós suspendido en una nube, agasajado en mil actos y ovacionado allá dónde va. En Vila-real recibió las últimas muestras de cariño durante su excelente primera mitad ante Suiza, en la que su conexión a ciegas con David Silva fue lo más destacado. Junto al mediapunta del City, otro genio de su estirpe, son los dos únicos supervivientes del maravilloso centro del campo de aquel equipo de Luis

Aragonés que se impuso en la Eurocopa2008, inicio de la época dorada de la Roja. HACE OCHO AÑOS QUE LA CALIDAD del centro del campo no se discute. El combinado español siempre tuvo debates encendidos, pero nunca por la falta de fútbol y juego asociativo en la zona ancha. Hoy se discute el ‘9’ y la falta de gol que se echa en falta desde la marcha de David Villa, pero mientras esté Iniesta el conjunto conservará el sello de su talento. Andrés se marchará con cuatro Mundiales como Xavi, Zubi, Raúl, Casillas,

Reina o Sergio Ramos y, por qué no, quizá sea en lo más alto porque, aunque difícil, España está en el grupo de favoritas y Lopetegui sabe lo que se trae entre manos. Si fuera así, ‘France Football’ tendría muy fácil otorgarle el Balón de Oro para reparar el grave error cometido en 2010. Sea como sea, Andrés cerrará un curso de un nivel extraordinario