Me orsinGriezmann
Viendo cómo ha transcurrido el ‘caso Griezmann’, desde el inicio hasta el esperpéntico final, tengo que confesar que no me sabe mal que no haya venido al Barça. No hablo desde la decepción del fallido fichaje porque no tengo ningún sentimiento cercano a la frustración. Simplemente era una mala sensación que tenía al principio y que, viendo el comportamiento del delantero francés, se fue confirmando con el paso de los días hasta estallar con ese episodio mediático que no hay quien se lo crea. Puede que sea porque soy de otra generación, pero me pareció un ‘show’ fuera de lugar que no dejó satisfecho a nadie.
Al final la única certeza es que todo el misterio alrededor de su decisión respondía a intereses económicos. Cuando ya tenía claro que iba a vestir de azulgrana, una enorme oferta de renovación por parte del Atlético le hizo replantearse su futuro y se dedicó a apurar su respuesta por si desde el Barça subían la cantidad acordada, que tampoco estaba nada mal. Como no fue así, un “me quedo” en el Atlético que no ha convencido ni a los seguidores rojiblancos. Se lo acabarán perdonando si marca goles, que se supone que lo hará porque de calidad va sobrado, pero el Atlético tampoco se merecía tanto suspense. Ni en Francia están contentos, pues alargó el tema hasta las puertas de un Mundial en cuyo primer partido ante Australia Didier Deschamps le cambió el 70’ con 1-1 en el marcador. El gol, de penalti, había sido suyo, pero el 2-1 de la victoria llegó sin él en el césped. No creo que su seleccionador, aunque no lo dirá públicamente para evitar conflictos, viera con buenos ojos que estuviera tantos días desconcentrado con sus supuestas dudas respecto al club en el que iba a jugar.
Seguro que se hubiera convertido en un jugador importante en el Barça, pero cada vez tengo más claro que hubiese sido un fichaje contraproducente. Ya se ve desde hace años que a Griezmann le gusta el protagonismo, ya sea con peinados sorprendentes, bailes o lo que sea. No hace nada sin un motivo. Y lo que había que pagarle para igualar lo que va a ganar en el Atlético podría haber creado un lío tremendo en la plantilla, con muchos jugadores con derecho a reclamar ingresos similares.
Ni siquiera creo que haya que pensar en otro delantero porque el Barça de Valverde juega a menudo con dos y con Messi, Luis Suárez, Dembélé y Coutinho puede ser suficiente
No me sabe mal que no fiche tras su ‘show’ fuera de lugar que no dejó contento a nadie