Francia magnifica su candidatura y Mbappé levanta fascinación
Los ‘bleus’ vestidos de ‘blancs’ ratificaron ayer su candidatura al título. No hizo Francia un partido excelso, pero una vez más supo hacer lo que convenía y correspondía en cada momento ante un rival defensivo y timorato que sin Cavani apenas creyó en sus posibilidades de victoria.
Según avanza el Campeonato los de Deschamps se sienten más cómodos en sus registros futbolísticos. Son un equipo. No parecen tener nunca prisa y manejan los tiempos en todas las facetas del juego. Todos trabajan para colectivo, incluidas sus dos grandes estrellas: Griezmann y Mbappé, que si bien se permiten el lujo de marcarse acciones individuales, nunca olvidan su aportación grupal, cada uno en su estilo.
El mejor Griezmann debería estar por llegar, pero ya lleva tres goles e interpreta a la perfección el rol de líder cuando la situación lo requiere. Ayer, con el resultado a favor, sacó su partitura más todocampista y se movió por una amplia zona de influencia haciendo en cada momento lo que pedía la jugada. De la aceleración a la pausa, de la acción individual a la jugada asociativa.
El otro foco de atención apunta a Mbappé. Cumplió su vigésimo partido con la selección y se convirtió en el jugador más joven en alcanzar esa cifra. A sus 19 años y 198 días destrozó los anteriores registros de Benzema, Anelka y Pogba.
Tampoco fue la de ayer su mejor actuación, lejos de la demostración de potencia, velocidad, regate y remate del partido contra Argentina, pero su presencia en la derecha induce a su equipo a cargar el juego por ese costado y cada vez que ponía en marcha una de sus espantadas en profundidad levantaba la fascinación de un estadio que coreaba con un sonoro ‘oooohhhhh’ sus arrancadas y cambios de ritmo.
Francia es mucho más que Griezmann y Mbappé. Nunca ha sido Deschamps un técnico pinturero, ni de grandilocuencias verbales ni tácticas. Maneja la pizarra con funcionalidad y cambia de sistema con naturalidad. Comenzó ante Australia (1-4-3-3) y desde el segundo partido contra Perú se hace fuerte con un clásico 1-4-2-3-1 en el que el equilibrio y la correcta ocupación de los espacios, le convierten en un equipo terriblemente compensado.
Es evidente que no le termina de convencer el papel de dominador del juego. En ocasiones, como ante Uruguay, se ve obligado a llevar la iniciativa, aunque en el escenario en el que se siente más cómoda es cuando corre a los espacios con las conducciones de Pogba, de menos a más en este Campeonato, o los balones largos y profundos de Matuidi o Tolisso.
Los laterales, Pavard y Lucas llegaron como suplentes y cada vez tienen más influencia en el juego de ataque, sobre todo el primero; los centrales, Varane y Umtiti, parece que lleven toda la vida jugando juntos; Kanté se gana la vida con su sacrificado y efectivo posicionamiento y su sentido práctico del juego y, finalmente, Giroud, la referencia ofensiva, ha enriquecido su rendimiento con una movilidad que hasta ahora no era la mejor arma de su repertorio