Rahm, riesgo controlado
Con 69 golpes en una jornada donde tuvo clara la estrategia de agresividad y pegada dentro de un orden, es ‘top ten’ a 3 del líder Kisner
La tarjeta de 69 golpes que entregó ayer Jon Rahm en la primera vuelta del British Open que se disputa en Carnoustie le situó al final del día en el ‘top ten’ de la clasificación, concretamente en la octava plaza compartida a tres golpes del líder, el estadounidense Kevin Kisner. Carnoustie fue más fiero por la tarde que por la mañana y al final 31 jugadores lograron resultados bajo par. El corte ahora mismo estaría entre el +1 y el +2. Y con varios favoritos en el alambre total.
Entre los que no consiguieron ganarle golpes al campo fue el ex nº1 mundial Tiger Woods, quien sufrió mucho en los nueve segundos hoyos con tres bogeys después de jugar unos primeros nueva casi de forma inmaculada. Si echamos un vistazo a la clasificación, están ya arriba hombres de peso como Rahm, Rory McIlroy, Justin Thomas, Rickie Fowler mientras Tiger, Jordan Spieth, Justin Rose o Phil Mickelson tendrá que estar muy atentos en la segunda jornada donde se anuncia cambio de tiempo.
El golfista vasco, fiel a su estrategia de ser agresivo y de jugar el drive desde el tee en la mayoría de hoyos, tuvo su recompensa con cuatro birdies y dos bogeys y una actuación en líneas generales sobria, resultadista y en definitiva, cómoda. Es más, se trata de su mejor arranque en un ‘grande’, no la mejor tarjeta, ya que en 2017 en el Royal Birkdale hizo 69 golpes, pero era uno bajo par. Aquí el 69 es dos bajo par. En el pasado Masters, donde logró su mejor final (4º), empezó con un 75.
Una muestra de su ambición y de sus ganas de comerse el campo fue el hoyo 3, par 4 corto con una ría delante de green y justo en la caída del drive. Le tocaba salir primero pero le dijo a sus compañeros de partido, Rickie Fowler y Chris Wood, que jugaran ellos primero, que él se tiraba a green. Esperó a que el partido de delante abandonara el green y que tampoco hubiera nadie en el green del hoyo 5, próximo al tee del 3, y desenfundó el drive, pegando una gran salida, con algo de suspense, porque la bola botó justo antes de la ría, la salvó y la bola rodo y rodó para acabar a unos 4 metros de la bandera situada en la plataforma superior del green. Opción de eagle clara con resultado final de birdie.
Menos en los dos pares 3 del campo y en los hoyos 5, 7, 15 y 17, Rahm utilizó el drive desde el tee, consciente de que si caía en problemas, había margen de recuperación. “El mayor error que cometí en los anteriores British que he jugado fue planear muchos golpes como los demás decían que había que hacerlo, en vez de hacer lo que yo sentía o veía. Ahora hago lo que quiero y asimilo el fallo. En el hoyo 3 hablé con mi caddy y le dije que si acabábamos en el agua, luego había opción de par y clara de bogey. Es como que los errores no penalizan tanto. De todas maneras, en el 4 de salida me fui al hazard de la izquierda, así que al final este fallo compensa el otro acierto”.
Eduardo Celles, su profesor de toda la vida, y quien llegó el miércoles por la noche a Carnoustie, le dijo en el campo a quien firma esta crónica que Jon había jugado muy bien, “muy ordenado, con una estrategia clara y fallando muy pocos greens. Le veo muy bien”. Rahm corroboró este análisis en la zona mixta. “Yo ya firmaba cuatro vueltas así. Cuatro birdies y dos bogeys. Ha sido un día de poco estrés. En el fondo es divertido pensar que da igual si juegas un hierro 7 a green desde la calle que un sand wedge desde el rough, el resultado es el mismo”