Aún queda mucho trabajo por hacer
Al Manchester City le faltan horas de entrenamiento; al Chelsea, días y semanas
Uno de los atractivos del encuentro en Wembley entre el Chelsea y el Manchester City era el reencuentro entre Sarri y Guardiola. El italiano, vestido con chándal como hacía habitualmente en Nápoles, se acercó afectuoso a su homólogo en el túnel de vestuarios y se fundieron en un abrazo que demostró, una vez más, la sintonía que tienen. Tras departir unos segundos con buen humor, ambos encabezaron la salida de sus respectivos equipos sobre el terreno de juego.
Con el encuentro iniciado, ni Sarri ni Guardiola entendieron de amistades. Los nervios presidieron el ambiente en el área técnica, conscientes de que todos necesitan tiempo para llegar al mejor nivel y que no hay nada mejor que un triunfo para ganarse ese margen. Con un perfil parecido al de Marcelo Bielsa, el nuevo inquilino de Stamford Bridge recorrió una y otra vez los pocos metros de su parcela. De un lado para el otro, dando órdenes a sus futbolistas más cercanos, Sarri puso especial énfasis en el juego de Cesc Fàbregas, a quien corrigió en más de una ocasión, obligándole a mantenerse en su puesto. En el segundo tiempo, cada vez con menos opciones de remontar, prefirió abrir su libreta y anotar todos aquellos matices tácticos que tiene que ir puliendo de cara a la temporada que empieza este próximo fin de semana.
Guardiola, en cambio, vivió con cierta tranquilidad el choque hasta que, paradójicamente, el City se puso por delante en el marcador. Entonces el catalán empezó a temer por esa corta ventaja y lamentó algunas ocasiones desperdiciadas. Al de Santpedor, no obstante, le frustraron más todavía algunos envíos deficientes tras los cuales el Chelsea pudo haber empatado en el primer tiempo. Perfeccionista como es, no cesó en su empeño y exigió al máximo a sus futbolistas, que a pesar del cansancio respondieron ante el Chelsea: “A veces, a los jugadores hay que abrazarles y otras, pedirles más”, reflexiona a menudo Pep, contento por ampliar la sala de trofeos del City, aunque al mismo tiempo convencido de que hay margen de mejora si quieren revalidar los éxitos del pasado
Sarri asumió la derrota y escribió en su libreta todo lo que tiene que mejorar su Chelsea