Adios al Madrid

NO SE ENTIENDE MUY BIEN. El Madrid es el campeón de Europa y en apenas unos meses se han ido el entrenador carismático y triunfador, el mejor jugador de la historia blanca después de Di Stéfano y ahora Kovacic, con el telón de fondo de Modric tonteando con el Inter. En el Barça se marchó Neymar, dejando en caja 222 millones de euros, y pareció que había pasado un terremoto. Hasta se acabó montando una moción de censura que no llegó a ningún lado. Pero en el Madrid todo tiene una explicación. Siempre.

ZIDANE SE VACIÓ, CRISTIANO acabó un ciclo y el croata necesita minutos. Pues seguramente sí. Eso también, pero al entrenador francés no le gustó como el club trató el tema de los porteros, algo sensible porque ahí estaba su hijo. CR7 no se sintió respaldado por el club por el tema de Hacienda y la subida de su salario. Kovacic ha sido considerado un jugador suplente. También es así. Pero el Madrid consigue que sus mensajes pesen más que toda la realidad. Mientras en Barcelona siempre pesa más el entorno que los mensajes reales.

ARTURO VIDAL hizo unas declaraciones sensacionales al llegar, comentando que se dejará la piel para ganar y que quería títulos. Sus palabras ya fueron enmendadas corrigiéndole en el sentido que lo importante no es ganar sino el cómo. Lo único que se puede cuantificar es el resultado. Lo otro forma parte de una realidad subjetiva y que se puede interpretar. Si se ha jugado bien o mal, conforme a las esencias o sin ellas, es un hilo demasiado fino para verlo con claridad. Pero vale la pena elogiar la ambición de Vidal, un futbolista reconocido cuando fichó por el Bayern de Guardiola y ahora, sin embargo, más cuestionado. Es el mismo y es bueno para el Barça. Eso debería bastarle al barcelonismo para darle su máximo apoyo. Los pesos pesados del vestuario ya se lo han dado. Y ellos se juegan las habichuelas.