Vuelve la esclavitud
ES UN ESCÁNDALO. Hace tiempo que funciona y nadie hace nada para frenarlo. Solo en el mundo del fútbol un trabajador no puede marcharse si los amos del club no quieren. Ha pasado con Pogba .El francés quería venir al Barça, los blaugrana lo deseaban, pero los propietarios del Manchester United han dicho que no y, saltándose todas las normas laborales internacionales, han retenido al futbolista, a pesar de que su deseo era marcharse. Da la sensación de que vuelven los tiempos de la esclavitud. Le ha pasado al Barça pero es muy posible que también le haya ocurrido al Madrid con Neymar, Mbappé o Kane.
LA COMPETICIÓN ESTÁ ADULTERADA.
Hace años. En Europa conviven dos normas: la de los clubs de la Liga española que ponen cláusulas de rescisión a sus jugadores y la del resto, que simplemente no ponen. O sea, cualquier club europeo puede comprar a un jugador de la Liga española indemnizando al club, a través del pago de la cláusula del futbolista, mientras al revés es imposible si la entidad se niega. Es cierto que la regulación de las cláusulas en España viene para sustituir el derecho de retención y el famoso artículo 1006 y que ha representado un avance para los jugadores. Pero es absolutamente inaceptable que en el resto del mundo eso no se repita. La mejor fórmula es la cláusula, sin duda.
CUALQUIER TRIBUNAL DARÍA LA RAZÓN
a un club y a un jugador que se plantase y forzara la salida. Pero el miedo a la reacción de UEFA o FIFA imposibilita que el mundo del fútbol se rija por criterios justos. Barça, Madrid, Atlético y el resto de clubs de la Liga deberían ir juntos en esta reivindicación porque hay dos varas de medir. Es posible que se necesite ahora un Jean Marc Bosman, el hombre que logró que los futbolistas fueran reconocidos como trabajadores con derecho a la libre circulación en la UE. El jugador es una persona, no una mercancía ni un esclavo. Puede irse Neymar, pero no venir Pogba