EN UN PUÑO
Ben King (Dimension Data) hizo buena la escapada del día y logró su primera victoria en una gran vuelta El polaco Kwiatkowski (Sky) sigue de líder, pero la general se comprime en las posiciones de privilegio
Hay días en los que los sueños se hacen realidad y ayer los del norteamericano Ben King (Dimension Data) vieron la luz después de redondear una gran faena en los últimos metros de una tortuosa y asfixiante cuarta etapa de la Vuelta, de 161,1 kilómetros, entre Vélez-Málaga y la Sierra de Alfaguara. El de Virginia fue uno de los corredores que supo leer la fuga del día, de nuevo con sabor español en las piernas de Óscar Cabedo (Burgos-BH), Luis Ángel Maté (Cofidis) y Aritz Bagues (Euskadi-Murias), en el momento oportuno y atacar antes de que el gran pelotón se pusiera las pilas y empezara a reducir a marchas forzadas la diferencia que los fugados llegaron a tener en cabeza de carrera en el primer test serio para los favoritos, con la primera de las tres llegadas inéditas, que llegó a ser de casi diez minutos.
Un final propicio para que los favoritos se atacaran entre ellos y empezara a verse el nivel de cada uno de ellos: 12,4 kilómetros, bajo un calor asfixiante, con una pendiente media del 5,4% y con rampas de hasta el 11% en su parte central. Un buen escenario para lucirse en el que sólo Simon Yates (MitcheltonScott) se atrevió a moverse. Por delante, el británico, King y el corredor del Astana Nikita Stalnov iban a jugarse la victoria de etapa. A escasos metros les perseguía un Pierre Rolland (EF Education First) que fue haciendo la goma y que llegó tarde al último acto del día. Cuando a falta de los últimos compases la alargada sombra de Rolland se acercaba a la rueda de King éste no se lo pensó dos veces y lanzó un ataque letal que Stalnov no pudo contestar. Demasiadas energías ha- bía invertido el ciclista del Dimension Data como para que Rolland le arrebatara la gloria en el último suspiro. Un día que King no olvidará con facilidad al conseguir un triunfo que se le resistía desde el 2016, en el que era su estreno en una grande: el sueño de todo ciclista.
Conocido el ganador de la etapa quedaba por ver qué iba a suceder en el grupo de los favoritos. El enorme ritmo marcado por los hombres del LottoNL-Jumbo en la ascensión final redujo las unidades de los ‘gallos’ a apenas ocho unidades, de las que el único que se movió fue Simon Yates para dar un salto interesante en la general. El líder Kwiatkowski (Sky) no forzó en exceso y buscó en todo momento la rueda de un Alejandro Valverde (Movistar) al que se le ve bien de piernas y que incluso se permite el lujo de atacar para su compañero de equipo Nairo Quintana.
Ayer de nuevo el colombiano tuvo más de una ocasión para intentarlo, pero volvía a mantener una actitud conservadora que tendrá que cambiar en días venideros si quiere ser ambicioso. Pegado a la rueda posterior de Yates entró el alemán del Bora Emanuel Buchmann que sin hacer mucho ruido ya le pisa los talones a un Kwiatkowski que sigue al frente de una clasificación que se ha comprimido mucho más: los cinco primeros clasificados están separados por 25” y los cuatro primeros sólo por 12”
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LA ILUSIÓN DE KING
Los favoritos se relajaron y sólo se vieron un poco al final