El culto al fútbol
Cada año el concepto global del deporte rey toma más cuerpo y arraigo cultural
No es empezar de nuevo. Y no es una Liga más.
La temporada futbolística 2018-2019 será más global que nunca. Existen tantos factores que van a influir en el nuevo calendario que acaba de comenzar que, quien no vea el fútbol de forma integral y sin fronteras, va a perder el tiempo, o no lo va aprovechar del todo.
El fútbol ha dejado de ser algo monótono para convertirse en un espectacular caleidoscopio global con infinitos colores y formas. Los vimos en el Mundial de Rusia: el mayor espectáculo del mundo.
Ya no es la Liga. Es la Liga y la Champions, y son las Ligas y las copas. Ya no es sólo tu equipo, son todos los equipos, desde el momento en que todos y cada uno de nosotros tenemos nuestros favoritos en la Premier, la Bundesliga o en las mejoradas ligas francesa, holandesa e italiana, y estamos con el ojo puesto en Asia para saber que hacen Andrés Iniesta y el niño Torres, que ocurre en Sudamérica y cómo le va al fútbol femenino en EE UU o en China, Australia o Noruega.
La temporada ha comenzado con un buen y renovado Barça, con un Real Madrid muy fuerte, con una Premier en la que peligra, ya desde este mismo momento, la continuidad de José
Mourinho y en la que Pep Guardiola filtra vídeos en los que se le ve arengando a sus jugadores con una gesticulación y unas frases dignas de un televangelista de Oklahoma. Cristiano Ronaldo está en Italia, Neymar y
Mbappé en París, y los ojos de los aficionados irremediablemente seguirán sus pasos.
Y Leo Messi. El todo poderoso. El mejor de todos los tiempos, parece que ha arrancado el año, una vez más, dispuesto a maravillar a todos. En tres partidos de Liga ha marcado cuatro goles, como Benzema.
Y el VAR. Una gran incorporación al espectáculo. Una herramienta que lo hará más justo aunque elimine la adrenalina, como dice Suárez.
El fútbol nunca antes había sido lo que es ahora. El punto de interés, claro está, es el equipo en el que cada uno milita, pero el flujo informativo nos llevará de aquí para allá. Los medios de comunicación, cada vez más digitalizados, nos ofrecerán vídeos de goles, jugadas, anécdotas, picantes y explosivas declaraciones de jugadores y directivos, y las imágenes nos llevarán desde Australia a Japón, y desde Rusia a Argentina. Será un no cesar, 24/7. Qué maravilla.
El Barça no puede soñar con un mejor debut en la Champions. Lo mejor de Inglaterra –Tottenham Hotspur FC-, Holanda –PSV Eindhoven- e Italia –Inter de Milán- serán los primeros platos continentales del equipo de Ernesto Valverde y Leo Messi.
Estamos en las puertas de una época en la que veremos como el fútbol crecerá aún más y alcanzará límites que aún nos son difíciles de prever. Estamos ante un escenario que Vicente Verdú, el gran e irremplazable periodista fallecido hace
unas semanas, y autor de libro El fútbol. Mitos, ritos y símbolos (Alianza Editorial, 1980), había predicho hacía varias décadas.
Verdú escribió: “Será inculto y anticultural- para aquellos feligreses del reino cultural anterior [el de la literatura], que, en la nueva época, saturada de saber audiovisual y ejercitada en la cultura de superficies, el fútbol representará no sólo un fenómeno propio de la cultura imperante sino, como hacen saber los millones de aficionados en todo el mundo, una muestra suprema de la nueva experiencia culturizada. El culto al fútbol”.
No sería coherente en este primer artículo de la temporada en el que se pretende loar al fútbol que no se reclame mayor compromiso, transparencia y democracia para los clubes, las federaciones, las grandes entelequias de la UEFA y la FIFA y los medios de comunicación. El nuevo mundo en el que nos adentramos necesita mucha atención y responsabilidad. Y también por parte de los aficionados. RESPETO, en mayúsculas, es la palabra mágica. Este deporte necesita del compromiso de todos los que lo aman
El periodista Vicente Verdú siempre se refirió a este deporte como una expresión máxima de nuestra cultura