La Roja, en su versión ‘marrón’
La Selección encadena tres fracasos: Mundial 2014, Euro 2016 y Mundial 2018
Hubo un tiempo y así fue reconocido públicamente por algunos jugadores, e incluso por algún seleccionador (Luis Aragonés) porque se lo habían comentado los propios futbolistas, que ser convocado para jugar en la selección española se convertía en un auténtico trauma para determinados profesionales. De tanto perder, de llegar a las grandes citas y volverse como muy tarde en los cuartos de final, habían perdido la ilusión por ser internacionales. Vamos, que era un auténtico marrón, como se dice ahora en la acepción de la palabra ya reconocida en el diccionario de la RAE.
Consideraban entonces los interesados que los continuos fracasos del llamado equipo nacional les menguaba la categoría y perdían parte del caché ganado con sus clubes, sobre todo aquellos que militaban en el Real Madrid o el Barcelona con los que sí levantaban trofeos y eran campeones. Viene a cuento este recuerdo del pasado no tan lejano porque la Selección ha vuelto a la senda de la derrota. La Roja, que bautizara el propio Luis Aragonés , ya no es La Roja. Precisamente Luis fue el gran artífice de que esos jugadores dubitativos y hastiados recuperaran el honor y el orgullo de jugar con la Selección.
Queda muy poco actualmente de aquella camada que ganó el tricampeonato consecutivo. Eurocopa 2008, Mundial 2010 y Eurocopa 2012. Perviven la estrella de Sudáfrica en la camiseta y los recuerdos inolvidables en la memoria. Poco más. Del primer gran éxito, de aquella final del Prater de Viena, sólo sobrevive Sergio Ramos y ahora de forma puntual, Albiol.
La Roja tiene cada día una versión más marrón. Como antaño. Ha fracasado consecutivamente en el Mundial de Brasil 2014, la Eurocopa de Francia 2016 y en el Mundial de Rusia 2018. Lo ha reconocido el propio Luis Enrique. “Si nos comparamos con la selección 2008/2012 seguramente seamos inferiores, pero no tenemos que competir con aquella España sino con el resto de selecciones que nos vamos a encontrar”. Menos mal.
Hasta la fecha ningún futbolista de los actuales ha osado a decir públicamente que acudir a la llamada de la patria futbolística vuelve a ser un ‘marrón’ porque se pierde más que se gana, pero no sería yo quien pusiera la mano en el fuego porque más de uno, de dos, de tres y de cuatro… lo han pensado en esas concentraciones largas y tediosas –algunas no tanto- que les alejan de sus familias y les retrasan las vacaciones veraniegas hasta el punto de tener que recortarlas e incorporarse a la disciplina de sus respectivos clubes antes de cumplir el mes reglamentario.
No se lamentan públicamente de que ir con España ya no ‘mola’ tanto, pero en cuanto ven una puerta abierta, la que generalmente concede la edad y estar en la treintena, deciden unilateralmente retirarse de la Selección y concentrar todas sus fuerzas en sus equipos. Ahí están los casos recientes de Piqué, Iniesta y Silva, los tres retiros voluntarios. Como antes fueron los de Xavi Hernández y Xabi Alonso.
La realidad es que hoy comienza un nuevo ‘marrón’ para Luis Enrique y sus convocados. La Nations League recién fundada no deja de ser una competición híbrida con un continente y un contenido más económico que deportivo y en la que, particularmente creo, que los jugadores y el seleccionador tienen más de perder que de ganar.
Si caen ante Inglaterra y Croacia continuarán por la senda de la derrota que les ha llevado a la novena posición del ranking FIFA. Y si vencen tendrá un valor relativo. La victoria vale más que la de los amistosos, pero tampoco te conduce de forma directa y automática a la siguiente Eurocopa, aunque encierre el comodín de la repesca si no se consigue la clasificación por el camino de toda la vida de la fase de grupos.
Además, el aficionado y la crítica ya no nos conformamos con unas fases previas limpias y notorias –Lopetegui no perdió ninguno de sus 20 partidos con 14 victorias– para después llegar a la hora de la verdad de las fases finales y encadenar tres descarrilamientos consecutivos. ¿A qué no?