El final de los mitos
El presidente Bartomeu, con estimable sentido autocrítico, reconoció en el acto de la retirada de Navarro que algo no se había hecho bien en la gestión del adiós de la ‘Bomba’. La provisionalidad reinante en la sección de basket, en la que no se sabía quien sería el entrenador y la falta de alguna personalidad dirigencial con la autoridad moral suficiente que le hiciera ver a ‘Juanqui’ que a sus 38 años ya no daba los mínimos para seguir en un equipo de las exigencias del Barça, fueron clave en la deficiente resolución del final de la carrera de un jugador dotado de un talento irrepetible.
En toda actividad profesional no es fácil reconocer el inicio del declive. En deporte, donde los egos son mayores y el ocaso llega a edad mucho más temprana, el momento de la retirada resulta mucho más traumático para sus protagonistas. De un tiempo a esta parte, con la mencionada excepción de Navarro, el Barça parecía haber resuelto con pulcritud una de sus asignaturas pendientes, la de la salida por la puerta falsa de la mayoría de sus estrellas, al contrario de lo que sucedía en el Madrid. La situación se ha revertido y mientras el adiós de ídolos tan queridos como Puyol, Xavi, Mascherano o Iniesta estuvo a la altura de sus ejemplares trayectorias, no pasó lo mismo con las que tuvieron en el Bernabéu Del Bosque, Raúl, Iker y Cristiano. Por ello, para los que andan muy preocupados en saber que será del Barça en la era ‘post-Messi', les resultará tan o más difícil resolver del mejor modo y con la mayor inteligencia el enigma del ocaso de un crack que se antoja eterno. Empezando por el propio Leo