La final de las lágrimas
El equipo de Eurosport definió la final femenina del US Open como “Un partido para la historia”
La final del US Open entre Serena Williams y Naomi Osaka difícilmente la olvidarán los comentaristas de Eurosport: Fernando Ruiz, Conchita Martínez, Fernando Gómez y Antonio Arenas. En el túnel del vestuario, Conchita advertía que Osaka, en sus discursos al final de los partidos “es graciosísima”. No fue el caso. Poco podían imaginar el melodrama final que les esperaba. Empezó el partido y no tardaron en mostrar su asombro por el juego de Osaka: destacaron las bolas a las que llegaba, sus golpes majestuosos al límite, los pocos errores no forzados y la fuerza de su servicio (que hizo aparecer el chiste fácil con el apellido de Osaka: “Cómo lo saca, jeje”). Auguraron que Serena no lo tendría fácil. Los datos estadísticos que acertadamente Eurosport mostraba lo corroboraban.
Durante el partido, el realizador mostró un hombre y una mujer del público. Uno de los comentaristas apuntó que él era Andy Roddick. Y Conchita tuvo que precisar: “Y ella es
Tracy Austin”. Si no llega a ser por la comentarista, la extenista americana (con más US Open ganados que Roddick) hubiera pasado desapercibida para la audiencia.
Cuando el árbitro amonestó a Serena por estar recibiendo indicaciones de su entrenador, el realizador no tardó en ofrecer la repetición del gesto de Patrick Mouratoglou que lo delataba. Nos ofreció también la reacción airada de la jugadora contra el juez de silla
Carlos Ramos. La escuchamos perfectamente. El realizador fue ágil también en mostrar el lanzamiento colérico de su raqueta. Pero justo cuando Serena, que ya acumulaba dos advertencias, cargó de nuevo contra el árbitro, nos quedamos con las ganas de verlo: entró la publicidad. Al volver, Williams ya tenía el punto de amonestación y se desencadenó el melodrama. Conchita supo aportar el matiz: insistía en cómo eso iba a afectar emocionalmente a Osaka. “Un partido para la historia” destacó el equipo de Eurosport, que, con buen criterio, no se vio arrastrado por los argumentos de Serena. Sin duda fue la final de las lágrimas. Narrativamente, el drama devoró el análisis sobre el buen tenis y el partidazo de Osaka