Tranquilos, somos líderes
Que no cunda el pánico. Según las clasificaciones vistas en los periódicos, vamos líderes y si Tebas y Rubiales se reuniesen y por un día se pusiesen de acuerdo en que la Liga acabase hoy, seríamos ya campeones. Dicho esto, hay que decir que ayer en el descanso gran cantidad de público en el Camp Nou aún estaba descifrando las incógnitas de la alineación, la situación de Messi en el banquillo, de Rakitic por el lado izquierdo, de Vidal por el derecho... y., sobre todo, pensaba en qué momento saldría Messi para ver si había tiempo de arreglar el desaguisado. Salió a tiempo, tanto él como Munir, que consiguió el empate. Es verdad, queda mucha Liga, no hay que ponerse nervisoso… todo lo que ustedes quieran, pero si el Atlético o el Madrid hubiesen empezado mejor caerían rayos sobre el Camp Nou.
Si miramos lo que ha pasado hasta ahora, nos damos cuenta de que el entrenador empezó alineando el mismo equipo que ganó la Liga y Copa con solvencia y claridad. Luego llegó lo de las rotaciones, lo del partido con el PSV, alguna lesión… lo que pasa en cualquier competición. De memoria, porque no tengo ordenador para repasar alineaciones y detalles, por ejemplo, Sergi Roberto ha jugado de lateral derecho, de interior derecho, interior izquierdo, y el sábado de medio centro. Semedo entra y sale del equipo como un camarero del bar a la terraza. Dembélé no sé si está mareado, pero va de la derecha a la izquierda con una facilidad asombrosa. Coutinho, que alguien pensó, equivocadamente desde luego, que podría ser el sustituto de Iniesta, en esta posición naufraga y en posición más adelantada, como contra el Athletic, tiene algunas apariciones, aunque en este partido se apagó demasiado pronto.
Vidal es el hombre de los cinco minutos finales, con lo cual está molesto y cuando le dan la titularidad da la sensación de que no sabe si jugar con su fuerza habitual o con el toque con el que se juega habitualmente en el Barça.
Piqué quiere hacer tantas cosas –central, rematador de córners, goles...– que eso le supone demasiadas veces perder su posición básica, que es la de ser el centro de la defensa. Rakitic, como Modric, y como se demostró en el EspañaCroacia del 6-0, aún no se ha recuperado de sus éxitos del Mundial. Esperemos que lo haga pronto.
Y Rafinha aparece y desaparece con una facilidad asombrosa. El sábado estuvo calentando, parecía que el cartelón con su número ya lo sacaban para arreglar del desaguisado. De golpe, calienta
Munir y Rafinha, vuelta al banquillo. Y menos mal que Munir remata el centro de Messi. En verano leí que Rafinha iba a ser traspasado en enero. Si no se le ve más, cada vez será más difícil colocarlo en algún sitio.
A partir de ahí, el miércoles hay un partido difícil que puede ser importante para nuestro futuro en la Champions. Ganar en Wembley sería definitivo para entrar en octavos y casi eliminaría al Tottenham. Cabe la posibilidad de perder, lo que serían cuatro partidos sin ganar, inédito en los últimos tiempos.
Dicho esto, sin acritud, haciendo un análisis de lo visto, que sirva para que los técnicos analicen con claridad y tomen decisiones. Por cierto, Malcom, aquel jugador que en el último momento se birlóa Monchi con gran enfado por su parte, ha estado lesionado, en Butarque salió diez minutos en el peor momento y no pudo tocar pelota y el sábado no estaba ni convocado. Es una punta más de esta especie de comportamiento estrambótico que desde fuera parece que hay en los que dirigen la plantilla. Tomaos unos calmantes, analizad y que esto vaya para arriba.
Lo de que Messi es básico hace diez años que es una evidencia. También hay que saber jugar sin Messi
No hay que ponerse nervioso, pero sí hacer análisis para tomar decisiones