EN BANDEJA
El Valencia Basket se encalla en el tercer cuarto (5-21) y el Real Madrid consigue un triunfo claro Llull, Tavares y Randolph fueron los estiletes de un conjunto ‘blanco’ que se mostró superior
El Valencia Basket le sirvió en bandeja al Real Madrid el triunfo en la segunda jornada de la Liga Endesa al regalarle el tercer cuarto del choque que ambos disputaron en la Fonteta. En la sala de prensa Jaume Ponsarnau asumió el error de haber tratado de meter a destiempo a jugadores en el arranque de la segunda parte aunque también deslizó que su plantilla no había respondido en defensa como debía haberlo hecho. El equipo sólido e inteligente que había combatido de tú a tú con los de Pablo Laso en la primera parte y el aguerrido que trató de remontar a la heroica en el último cuarto fue en el tercer un Valencia deslabazado, sin dureza ni rigor que permitió que su rival ganara el choque sin apenas desgaste.
Tras sus dos mediocres primeros encuentros de la temporada, el Valencia sorprendió de inicio con una inesperada solidez. Ponsarnau premió el liderazgo de Guillem Vives ante el ASVEL y asumió que la defensa de Matt Thomas no está en estos momentos para titularidades y recuperó para la causa al sobrio Joan Sastre. Con ambos los locales mejoraron su lectura, primero rompieron la zona con la que Pablo Laso trató de proteger a Walter Tavares a base de una buena circulación y triples de Doornekamp y luego agujerearon la individual con cinco abiertos y penetraciones de grandes y pequeños.
A los visitantes la consistencia local les hizo dudar pero el atajo del tiro exterior le permitió salir de los problemas en los que se fue metiendo. Sergi Llull con cuatro triples seguidos marcó el camino y un motivado Randolph cogió el relevo para, acompañado de Rudy Fernández, conseguir llegar al descanso con una pequeña pero trabajada renta (41-45).
Pero el Valencia se pegó un tiro en el pie tras el descanso. Ponsarnau apostó por Matt Thomas como titular y Jaycee Carroll le hizo un agujero en la línea de flotación de la defensa local sin que nadie taponara la sangría. La endeblez defensiva taronja se trasladó de manera inmediata a su ataque y cuando se quiso dar cuenta el Real Madrid estaba veinte arriba.
“Me he arriesgado y me he equivocado”, asumió sincero Ponsarnau. Pero también mandó un mensaje a los suyos. “La clave está atrás y ahí siempre hay que dar respuestas”, recalcó. Recompuso el técnico catalán su quinteto en el inicio del último cuarto y su inmediata reacción puso más en evidencia lo ocurrido en el anterior. La casta de Doornekamp le llevó a reducir a la mitad sus veinte puntos de desventaja pero un tiempo muerto de Laso y el ímpetu de la conexión argentina entre Campazzo y Deck le permitió cerrar el choque sin sufrimiento