Cuando cuatro piernas rinden más que dos
Simon Yates reconoce a MD que en la Vuelta encontró el escenario ideal junto a su hermano gemelo Adam
Con el paso de los días y viendo la hegemonía de Simon Yates al frente de la Vuelta en el pelotón de la ronda española circulaba la broma que como se parece tanto a su hermano gemelo Adam ambos se cambiaban el dorsal el día que les convenía, de forma que uno de los dos siempre comandaba la tabla. Evidentemente esto no sucedió ningún día. No podía ser y además hay más diferencias entre ellos de las que a simple vista puede parecer. Tras su victoria en la Vuelta, su primer gran éxito ciclista después de que en mayo se le escapara el Giro tras tres victorias y 13 días de vestir la maglia rosa en beneficio de Chris Froome, todo el mundo alababa el rendimiento de Simon y su crecimiento como ciclista, pero hubo un tiempo, y no hace tanto, allá por el 2015, en el que se decía que el bueno de los dos era su hermano Adam. Una rivalidad que por fortuna no ha hecho mella en estos dos gemelos nacidos el 7 de agosto de 1992 en Bury, Inglaterra.
Tras digerir el éxito y disputar el Mundial de Innsbruck y el Giro dell’Emilia Simon atendió a MD, en una entrevista en el que desde la distancia analiza la Vuelta. Después de correr las tres grandes vueltas, Simon encontró el pasado agosto en la Vuelta el escenario ideal. “La mayor diferencia entre la Vuelta y las otras dos grandes vueltas es que es más relajada. Normalmente hay menos tensión en el pelotón, también dentro de la organización y hay menos prensa. Soy un chico bastante relajado y este ambiente me conviene”. Un triunfo que fue cocinando a fuego lento. “No hay ningún secreto en mi victoria de la Vuelta. He ido mejorando cada año desde que me convertí en profesional y como equipo trabajamos bien”.
Saber aprender de los errores
La gran duda que flotaba en el ambiente de la Vuelta era si le sucedería como en el Giro, que acabó perdiendo el liderato cuando parecía que lo ganaría sobradamente. En España cedió el maillot rojo a Jesús Herrada dos días, pero después se lo arrebató y ya no lo abandonó. “No miro hacia atrás al Giro con decepción. Estoy orgulloso de lo logrado. No me costó recuperarme. Los últimos días en Italia fueron decepcionantes, pero pasé mucho tiempo con la maglia rosa y gané tres eta- pas, y esto me ayudó a estar tantos días de líder en la Vuelta”.
Simon –residente en Andorra desde que se hizo profesional– recuerda con cariño el paso al profesionalismo de él y de su hermano, lejos de Froome, Thomas y el Sky. “Adam y yo tuvimos varias opciones y en el Orica –germen del actual Mitchelton-Scott– buscaban a jóvenes escaladores que pudieran convertirse en aspirantes a las grandes vueltas. Era el lugar idóneo. Nos dieron la oportunidad de ser líderes desde muy temprano y esa oportunidad
Ambos bromean y aseguran que se han hecho pasar por el otro muchas veces
nos ha convertido en lo que somos hoy”. Los dos gemelos son unos apasionados del ciclismo, pero Simon , lejos de vivir por y para el ciclismo las 24 horas del día los 365 días del año, asegura que no le cuesta nada desconectar del ciclismo y aparcar la bici. Todo lo contrario, lo necesita para recargar las pilas, de cara a una próxima temporada que será muy exigente para él