Juego sucio de FIFA y UEFA
No es nada nuevo, pero no es menos importante por cuanto incide en la limpieza de las competiciones, al anteponer los intereses de selecciones menores a las ligas en que intervienen los clubs de los jugadores. De eso no se habla porque afecta a los modestos.
Un ejemplo. El sábado, el Barça B disputó un encuentro en Ontinyent (0-3) sin cuatro jugadores básicos: Carevic (Montengro), Ballou (Canadá) y Miranda y Abel Ruiz (España). Dadas las bajas por lesión de Saverio y Moré yde
Wagué y Araujo por problemas burocráticos,
García Pimienta tuvo que echar mano de dos juveniles.
Desde tiempo inmemorial FIFA, UEFA y las federaciones afiliadas se quedan jugadores para unas competiciones que muy bien pudieran realizarse a final de temporada y no falsearlas al expoliar a muchos equipos. Eso no es ya un virus, es un problema de caradura y desprecio al ‘fair play’.
Si bien es cierto que en la Sub-21 hay jugadores de Primera División y los equipos de los seleccionados no se ven afectados al suspenderse la competición, a partir de la Sub-19 abajo no se detienen y el robo de jugadores afecta al rendimiento de sus equipos. ¿Por qué se detiene la Primera División y no la Segunda, Segunda B y hasta Tercera divisiones, o cuando menos se aplazan los partidos que deberían jugar los equipos de los jugadores seleccionados?
FIFA, UEFA y FEF vigilan que no se amañen partidos por las apuestas, cuando son ellos los primeros en falsear los torneos al privar a unos equipos de sus mejores jugadores por la cara y con impunidad absoluta. Eso no es juego limpio, sino sucio