El reflejo de la crisis
La reacción de Sergio Ramos contra Reguilón adquiere dimensión internacional
Las hipótesis informativas sobre los candidatos que podrían sustituir a Lopetegui como técnico del Real Madrid representan de manera evidente la crisis deportiva del club blanco. Pero de un modo más simbólico, ha irrumpido otra imagen que delata la tensión y el mal momento del equipo: la escena del capitán Sergio Ramos lanzando dos pelotazos con evidente rabia al novato Sergio Reguilón por haberle dado un golpe en la nariz jugando en un entrenamiento.
Al día siguiente de informar sobre el asunto, tanto Jugones como Deportes Cuatro se hacían eco de cómo la mala leche de Ramos había adquirido dimensiones internacionales, convirtiéndose en protagonista de los titulares de los medios extranjeros. En Jugones, Pedrerol hasta recopilaba fragmentos televisivos de cadenas de distintos países donde los participantes se mostraban escandalizados con la enfurecida reacción de Ramos contra su joven compañero.
En Deportes Cuatro, si bien señalaban también los principales titulares internacionales de rechazo al gesto del capitán, Carreño recurría a su experto de cabecera, Kiko Narváez, para valorar la reacción. Narváez apuntó que la primera reacción de Ramos era lógica porque la consideró instintiva, fruto del dolor. Y que los pelotazos posteriores ya eran más difíciles de justificar, aunque lo analizó con bastante condescendencia. El vídeo posterior al que dieron paso, más que reflejar un clima de tensión y mal rollo, más que expresar la gravedad del asunto, lo convirtieron en una narración de un leve percance en clave de curiosidad o de anécdota. La voz en off ponía más intención de transmitir algo inesperado o un aturullado malentendido, más que comunicar la sensación de dramatismo o gravedad con la que se ha percibido en el resto de los medios internacionales.
Unos más, otros menos, pero Ramos ha generado la escena perfecta para explicar de manera sencilla y visual la situación del equipo y el estado de ánimo del vestuario. En el Madrid podrán cambiar al entrenador, quizá hasta podrán enderezar la temporada, pero la imagen de Ramos contra Reguilón se acumula en el archivo mediático, convirtiéndose en un episodio más de su ya dudosa reputación