UN EQUIPO ENORME
Un gran juego colectivo suplió la baja de Messi para meter pie y medio en octavos de final con tres partidos aún por jugar Rafinha, sustituto de Leo, lideró la carga azulgrana contra su exclub y abrió el marcador, que cerró Jordi Alba
Un Barça grande y solidario en lo colectivo, sin Messi, superó anoche el escollo del Inter de Milán y metió pie y medio en octavos de final de la Champions con la mitad de la liguilla aún por delante. Cuatro días después de asegurar el liderato en Liga, el conjunto de Valverde repitió en Champions. Rafinha ocupó la plaza de Leo, marcó el primer gol y lideró la carga frente a un Inter correcto que tuvo sus opciones y mereció tal vez algún gol, pero que se vio superado por el juego azulgrana, especialmente por un centro del campo que exhibió gran claridad de conceptos ofensivos y mucha solidaridad defensiva. Y es que, pese a que quien cubrió el espacio del líder en la pizarra fue Rafinha, fue el conjunto el que realmente suplió a Messi. Jordi Alba amarró el triunfo con un golazo, para evitar sustos de última hora.
El Barça creció e n lo colectivo sin el talento de Leo. El paso adelante en la noche europea fue global, más allá de algunas actuaciones individuales que, seguro, sus autores recordarán. Los dos teóricos extremos en el supuesto 4-3-3, Rafinha y Coutinho, jugaban por dentro hasta acumular prácticamente cinco centrocampistas y liberar las bandas para los laterales. Excepto en momentos puntuales, el Barça tuvo al Inter a su merced.
El conjunto italiano, atrevido de entrada, mostró en el Camp Nou una voluntad inicial de jugar de tú a tú al Barça y le obligó a mantener una tensión defensiva grande, buscando recuperaciones de balón rápidas mediante una presión alta. Un centro de Perisic fue rematado por Icardi anticipándose a los dos centrales y a Ter Stegen. El ex de La Masia fue la referencia interista, aunque le faltó compañía, porque el centro del campo del Barça tardó poco en cerrar líneas de pase, subir un peldaño y monopolizar el balón.
Rafinha fue finalmente el elegido por Valverde para ocupar la plaza liberada por Messi. El Inter había renunciado a quedárselo en verano y se lo hizo pagar, aunque no celebró su gol. Partiendo de la derecha en el teórico 4-3-3, apoyó mucho en defensa, tendió a situarse por dentro y liberó espacios para que subiese Sergi Roberto. Motivadísimo, Rafinha aparecía por todas partes. Una jugada del ex ‘nerazzurro’, clave para que el Inter estuviese ayer en el Camp Nou, acabó con remate tras taconazo de Suárez que detuvo Handanovic.
Esta misma pareja protagonizó el primer gol. Rafinha recogió en el círculo central, ubicuo, un balón recuperado por Sergi Roberto y abrió para el delantero uruguayo, caído a la derecha. El impecable centro de Luisito, en esa faceta de asistente que ya explotó frente al Sevilla, voló hacia un destino letal: el punto exacto para que Rafinha llegase y marcase mediante una volea de manual con la zurda el 1-0.
Después de que Ter Stegen sacase una mano providencial, un día más, ante un centrochut de Politano, revulsivo interista tras el descanso, y de que el propio Politano rematase alto tras jugada colectiva en un arranque de segundo tiempo de color transalpino, Luis Suárez tras sentar maravillosamente a Asamoah y Lenglet a la salida de un córner pudieron aumentar la ventaja. Handanovic ya le quitó un gol al central francés en el primer tiempo y repitió en el segundo.
Otro palo y sentencia
Coutinho chutó al palo en los mejores minutos del Barça (es el año de los postes) y, casi a continuación, Valverde tiró del manual del conservador. Hizo dos cambios extraños y pitados: sacó del campo a un gran Rafinha y a Arthur, que en algunos lances del segundo tiempo hizo pensar realmente en Xavi, por Semedo y Arturo Vidal. Pero, pese a la pitada del Camp Nou tras el cambio del chileno por el brasileño, el invento le salió bien al técnico. Una gran asistencia vertical de Rakitic (tras recibir del Rey Arturo) a un Jordi Alba inconmensurable acabó en golazo. 2-0 y disparados hacia octavos