Un malabarista al volante
MD se sube al Ford Fiesta WRC de Ken Block antes del RallyRACC
Si hay un piloto en el mundo que una a la perfección el espectáculo y los rallies, que desbanque a todos los campeones del WRC por su capacidad de promoción e increíbles vídeos, ese es Ken Block, un hombre capaz de acumular más de 98 millones de visualizaciones en un sólo vídeo de Youtube haciendo locuras con un Ford Fiesta en San Francisco, y otros tantos millones en sus otras 9 Gymkhanas (así nombra a sus producciones por las calles de diferentes ciudades). En ellas, este americano de 50 años de Long Beach (California) realiza acciones casi imposibles a ritmo de derrapes, esquivando obstáculos e incluso precipicios. Pero además de sus conocidos vídeos, a Ken le gusta sentir la adrenalina de la competición.
Ha participado en el Mundial de Rallies, en los X-Games y en el Mundial de RallyCross, pero este curso, el famoso piloto de acrobacias ha querido volver al WRC y eligiendo el RallyRACC como prueba para medirse al resto de campeones del Mundial. Antes de hacerlo,MD tuvo la oportunidad de subirse al Ford Fiesta RS WRC de M-Sport (como el del pentacampeón Sébastien Ogier) con el que competirá en la cita catalana. “¿Le puedo dar gas?”, preguntaba a este diario al entrar en su ‘oficina’ con ruedas. Sin pensarlo, le contestamos afirmativamente y le recordamos que ya habíamos hecho un codrive en circuito con Fernando Alonso o en tierra con un WRC con Jari–Matti Latvala. “Espero superarlos, pues”, dijo tras dar un bostezo de relajación mientras los nervios recorrían nuestro cuerpo. “Este botón es por si se quema el coche. Si tenéis un accidente, dale una patada a la ventanilla”, nos decían ya apretujados por los cinturones de seguridad en el ‘asiento del miedo’ después de haber rellenado un papel para dar un contacto al que llamar ante posibles emergencias. Las dudas surgían. Se cerraron las puertas, el rugido del motor empezó a sonar y nos dirigimos a un tramo de curvas rápidas, horquillas con bonitas aunque inquietantes vistas en precipicios, en la TV-7042, que lleva de Montblanc a Rojalons. “Vamos allá”, decía zigzagueando, calentando neumáticos, ante la sorpresa de los coches que venían de cara de camino hacia el tramo. Y finalmente, llegó el momento.
La espalda se nos pegó al asiento con un arranque espectacular debido a sus 380 caballos de potencia y un par increíble. En ese momento, la adrenalina se notaba en nuestra barriga, aunque no tardamos mucho en empezar a disfrutar de su manera de cortar muchas de las curvas por el hueco del arcén. Regalaba ‘show’ en las horquillas en la que le esperaban los aficionados y volvía a acelerar hasta alcanzar los 160 km/h en sexta en una de las rectas para plantarse en segunda, a escasos centímetros del vacío, en menos de un abrir y cerrar de ojos, derrapando de nuevo. Tramo de subida de unos 4 km a todo gas que volvía a hacer en bajada todavía más veloz, en algo que finalmente era comparable a una montaña rusa.
“No voy al 100% porque no tengo copiloto y en algunas curvas... dudo (risas), aunque con notas iría tan sólo un poco más rápido”, decía este amante de Barcelona, agradecido al conocer que había logrado su objetivo, superar las sensaciones que habíamos vivido en otros codrive con otras estrellas del motor. “Es el mejor cumplido que me han hecho enmucho tiempo”, respondía con una sonrisa Ken Block, un malabarista al volante
El estadounidense llevó al límite su coche en asfalto, en una carretera de montaña