“SE ME PASÓ POR LA CABEZA DEJAR DE NADAR”
Paula Ruiz demostró hace dos años todo su potencial a las órdenes de Xavi Casademont tras proclamarse campeona del mundo de 7’5 kilómetros en aguas abiertas en la categoría júnior 1. Tras un 2018 duro para ella, tras una lesión, problemas en su centro de entrenamiento y un cambio de técnico para ponerse a las órdenes de Fred Vergnoux, logró hace unas semanas su segundo título mundial júnior, esta vez en categoría 2 y en la distancia de 10 kilómetros. Atendió a MD durante la RadikalSwim que ganó hace unos días.
Hace unas semanas logró su segundo oro mundial júnior en una carrera en la que siempre estuvo delante. ¿Cómo planteó la prueba?
La verdad es que estaba muy segura. Controlé la carrera desde el principio; desde pequeña me ha gustado mucho estar delante y tirar. Me siento más cómoda por no tener que adelantar a las rivales y llevar el peso de la prueba no me cansa mucho.
¿Este Mundial júnior era su gran objetivo o pesaba más el Europeo absoluto que nadó en agosto?
No tenía un objetivo principal porque el Europeo absoluto era el primero para mí. Pero en el Mundial quería renovar ese título porque este año era mi último a nivel júnior y ya no iba a tener esa oportunidad. Tuve un periodo largo porque fue una temporada difícil por los problemas en enero con el entrenador. Gracias a la Federación, a Fred. Estuve tres meses parada cuando quedaban cinco para el Europeo absoluto. Iba al Europeo a ver qué pasaba y cumplí totalmente con el objetivo final. Me dio la seguridad de ver que entrenando dos meses menos podía llegar bien al Mundial.
¿Trastoca mucho la planificación de la temporada tener un Mundial júnior en septiembre? ¿Pudo desconectar entre éste y la Radikal?
La dificulta el hecho de que el Mundial sea tan tarde, pero los tres meses parada provocaron que la temporada se me hiciera corta. El Mundial llegó relativamente pronto por el poco tiempo que llevaba entrenando. Ahora he tenido dos semanas de vacaciones. A la Radikal fui porque al grupo de Mireia le gusta mucho y me habían hablado muy bien de ella.
Logró esos éxitos tras una temporada con una lesión, con problemas en el centro de entrenamiento. ¿Se esperaba ese final?
La verdad es que no. Fue tan duro lo que pasó en enero que se me pasó por la cabeza dejar la natación. Estaba mal psicológicamente, sola en Málaga. El entorno era horrible, todo iba mal, los estudios también. Mi familia y mis padres me ayudaron muchísimo, la Federación lo mismo. Consiguieron animarme. Simplemente me tiré al Europeo a ver qué pasaba, a disfrutar y a ver el resultado. Salió bien y después en el Mundial júnior me tiré mucho más segura. Había trabajado todo lo que había podido y se trataba de disfrutar.
¿Qué se le pasa por la cabeza en enero cuando ve que los días van pasando y el rumbo no se endereza?
Fue algo muy duro. Me gusta tenerlo todo muy preparado. Mi esquema de lo que quería en el Europeo y en el Mundial se me fue. Me encontré sola, en Málaga, sin entrenador, sin preparación. Como que cogí una depresión por todo porque no quería darles problemas a mis padres. No se me ocurría nada. Por eso llegué a pensar en dejarlo. Ellos me hicieron ver que el día en el que yo me quiera ir del deporte tiene que ser porque yo lo decida, por la dureza de entrenamientos, porque me he cansado; no por un factor externo.
La solución fue cambiar el Centro de Tecnificación de Andalucía con Xavi Casademont por el CAR de Sant Cugat para ponerse a las órdenes de Fred Vergnoux. ¿Qué le ha aportado este cambio? ¿Cómo surgió esa opción?
La Federación me ayudó mucho en este tema. Teníamos que buscar un entrenador nuevo que me ayudase. No tenía ningún problema en irme de mi casa. Fred es el mejor entrenador que hay aquí en España. Fue la primera opción que me se puso sobre la mesa y acepté. Lo conocía, sabía su nivel de exigencia. Entrenando con él se nota la profesionalidad. Aumenta el volumen, la intensidad. Aquí se ve que son importantes temas como alimentación, hidratación, o el descanso. Cuando eres niña no te das cuenta y ellos te lo hacen ver.
¿Qué le ha aportado Fred Vergnoux en el tema psicológico?
Me ayudó muchísimo. Yo pensaba que eso del psicólogo no servía para nada. Pero la vida da muchas vueltas y cuando estuve con el psicólogo del CAR me di cuenta de que hay cosas a las que no se les da importancia y sí la tienen. Contar con una persona que te pueda ayudar y en quien te puedas apoyar ha sido un desahogo.
Usted lidera a la selección de aguas abiertas en categorías inferiores y a nivel absoluto. ¿Qué falta en España para que esta modalidad vuelva a asentarse?
En el CAR tenemos mucho apoyo, aunque este nos falta en el tema económico. La piscina ya no sale en la tele y las aguas abiertas mucho menos. Que te conozcan ayuda con los patrocinadores. Tienes que comprar tú la suplementación y el material. Vas sumando y es una gran cantidad de dinero. Podríamos sacar un patrocinador o una ayuda económica. Este año es el primero que tengo una beca.
¿La veremos en pruebas de fondo o sólo en aguas abiertas?
Para competir sí, porque los criterios de selección de aguas abiertas te piden que compitas en la piscina. Pero a nivel internacional no me veo.
Temporada de Mundial absoluto. ¿Cuáles son sus objetivos a corto y a largo plazo?
Ahora es una realidad la posibilidad de ir a unos Juegos Olímpicos y este año es cuando hay que clasificarse. Es todo muy duro y va a ser muy difícil, pero también era muy difícil ser campeona del mundo este año o ir al Europeo absoluto. Pienso a largo plazo en el Mundial, pero quiero marcarme objetivos día a día