Ter Stegen es humano
La semana en que Ter Stegen bajó al metro de Barcelona, demostrando que los futbolistas, en ocasiones, pueden comportarse como ciudadanos normales y corrientes, el portero alemán firmó la actuación más desafortunada desde que hace cinco temporadas llegó como una promesa de la mano de
Zubizarreta procedente de Moechengladbach, con la papeleta de sustituir a Valdés. Desde entonces su progresión ha sido imparable, hasta situarse en el Top3 del ranking mundial de porteros. Esto no impidió que contra el Betis contribuyese en tres de los cuatro goles encajados, demostrando que a pesar de sus grandes intervenciones, Marc André también es humano y está expuesto a cometer errores.
Sin embargo, reducir simplemente los motivos de la derrota del Barça a una mala actuación puntual de su portero sería llevarse a engaños. Los blaugrana tienen esta temporada un serio problema con el excesivo número de goles encajados en la Liga (18 en 12 partidos) y encajó cuatro ante un rival que hasta su visita de ayer era el menos realizador con tan solo 8 tantos. Dando por hecho que no es una cuestión imputable al portero, sino más bien se podría atribuir el problema a una falta de equilibrio de las líneas, para poder defender de una manera más compacta y ordenada. Por ello no sería de extrañar que Valverde se cargue de razones para renunciar al venerado dibujo del 4-3-3, para resguardarse en el 4-4-2, que tan rentable le resultó la temporada pasada.
Felicitar por último a Basté por el Premio Ondas y recordar que nos sobraron minutos, de los cinco de que necesitó Rexach para fichar a
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