Tropezón de un errático Federer
Nishikori bate al jugador récord del Masters, que se la jugará contra Thiem y que no tocará el nº 2 de Nadal
Un Roger Federer extraño, errático, deambulando por el O2 Arena como si se hallase en un terreno inhóspito y desconocido. 34 errores no forzados acumuló el hombre récord de las APT Finals, un Masters para el que se ha clasificado por decimosexta vez, que ha conquistado en seis ocasiones.
Ni un atisbo de reacción frente a un rival, el japonés Kei Nishikori, que acabó venciendo sin oposición por 7-6 (7-4) y 6-3. Una semana antes, en París, Federer se había impuesto por 6-4 y 6-4 al asiático, en el O2 Arena de Londres gracias a las asuencias de Rafa Nadal y Juan Martín del Potro.
El manacorí también ‘jugó’ ayer, ya que sabe que acabará el curso en el segundo puesto de la clasificación mundial, al que matemáticamente aspiraba Federer en caso de un título con festival, el que sería número cien de su carrera ATP. Una anécdota con cierto peso, ya que supone que en Australia irá por la parte opuesta a la del ogro actual, el serbio Novak Djokovic, que recibió el trofeo de nº 1 del año y que hoy (21.00 horas) iniciará ante John Isner el que pretende sea el camino hacia su sexta corona de ‘maestro’, con lo que igualaría a Roger.
Éste, de 37 años, tiene bien presente que no domina este evento desde 2011. Quizás por ello habló de “nervios” pese a su veteranía y como posible explicación a su gris prestación. Reconoció que Nishikori también tembló como un flan por momentos, pero él ayudó mucho cuando perdió el ‘break’ a favor’ en el segundo juego de la segunda manga. Señal de poca inspiración y falta de ánimo.
Federer ya conoce este tipo de situaciones, que deberá empezar a revertir a su favor mañana (21.00 horas) cuando se mida al austríaco Dominic Thiem, víctima en este Grupo Lleyton Hewitt del debutante surafricano, a sus 32 años, Kevin Anderson. Ganó 6-3 y 7-6 (10) antes de cantar el cumpleaños feliz a su esposa ante los 15.000 espectadores que llenaron la grada.
Perder tiene solución en un Masters, pero hacerlo en dos sets dificulta mucho la reacción