Goles muy en contra
Por velocidad, fallos individuales o segundas jugadas, los que más
El Barça 2018-2019 ha recibido 22 goles (18 en Liga, tres en la Champions League y uno en la Supercopa de España) en los 18 partidos oficiales que se han jugado (12 jornadas, los cuatro de la liguilla europea y dos de las copas). A estas alturas en la campaña 20172018, en el primer año de Valverde, el equipo azulgrana había encajado 10 tantos, la mitad en los dos primeros encuentros de la Supercopa de España ante el Real Madrid. Esta temporada se llevan más del doble encajados.
Entrenadores y jugadores tratan de dar explicaciones a las causas de tantos goles. En el vestuario aseguran que se debe a la descoordinación en la presión, el espacio entre líneas y a la falta de fuelle. Y la estética de los goles encajadas le acaban dando la razón. Esos 22 goles pasados por el escáner acaban mostrando algunos denominadores comunes. El Barça ha recibido goles de todo tipo, de disparos de lejos, de remates en el área, de cabeza y de rebote, por la derecha o por la izquierda, pero hay algunos formatos que se repiten quizá con una carencia que no es la habitual.
El Barça está encajando goles, sobre todo, en tres circunstancias. La primera, por la mayor velocidad del rival. al contragolpe o porque el equipo tarda en recuperar la posición defensiva. Pasó ante el Sevilla en la Supercopa, Girona, Betis y el mismo Sevilla en Liga y Tottenham en Champions.
También porque los errores individuales han aparecido con mayor frecuencia de lo normal, como los dos ante el Girona, Athletic, Leganés y Betis, todos ellos en Liga. Y, finalmente, porque el equipo se ha visto sorprendido por segundas jugadas después de un primer remate fallido del rival, lo que acarrera un despiste generalizado. Huesca y Real Sociedad en segundas acciones y Girona, Rayo y Betis en Liga e Inter en Champions.
La tipología de los tantos encajados, la mayoría en las segundas partes, también alcanza para los recibidos de rebote como ante Tottenham en Europa o Sevilla en la Liga, algún cabezazo certero como el día ante el Leganés o de elaboración frente al Betis
Las causas no sólo afectan a la defensa sino que son culpa de todo el equipo
En Liga es donde se aprecia más la descoordinación colectiva