La final que ha negado la Champions
Hay dos frases del presidente de Argentina y ex presidente de Boca Juniors,
Mauricio Macri, que me impactaron. La primera fue antes que se definieran los finalistas de la Copa Libertadores, que es la competición más parecida en importancia a la Champions: “No quiero una final BocaRiver porque serán tres semanas sin dormir y el que pierda tardará 20 años en recuperarse”. Y unos días más tarde dijo: “Esta final es superior a un BarcelonaMadrid”.
La primera se entiende perfectamente por el propio temor que tiene el hincha a perder con el rival que le provoca más hostilidad. La segunda frase fue rebatida en las redes. Hubo quien preguntó: “¿En qué es superior el Boca-River a un Barça-Madrid?”. En la ojeriza que se tienen ambas aficiones, no. En el valor de las plantillas, mucho menos. En el ambiente que se crea alrededor el clásico, tampoco. En lo único que es superior, y creo que el término no es el apropiado, es que la competición europea históricamente nos ha negado esa gran final. Eso no lo hemos visto nunca en Europa. Y, en cambio, los argentinos por fin están viviendo esa gran final entre sus dos reyes. Y qué final. De toma y daca el partido de ida. De dame que te pego. Partidazo. No me imagino qué haría Joan Gaspart el día que una final como esa se dé. Tampoco me imagino a los culés defectuosos que definió mi admirado Sergi Pàmies.
¡Madre mía! Seguro que, como Macri, muchos prefieren que no se dé