Ni lo de Suárez, ni lo de Piqué
Dembélé está en el ojo del huracán. El jugador del FC Barcelona no está siguiendo la línea de compromiso exigido en los vestuarios de los equipos más competitivos. Los responsables técnicos deben encauzar un caso que se ha salido de madre con las últimas declaraciones de futbolistas del propio Barça.
EMPEZÓ PIQUÉdeclarando que el fútbol se debía vivir las 24 horas, referido al francés. No es precisamente el central del Barça quien más puede hablar en ese sentido, ya que reparte su tiempo futbolístico con la organización de Copa Davis o empresas de videojuegos. Piqué es extraordinario como futbolista, en compromiso en el campo, en actitud y en rendimiento, pero no es el personaje ejemplar de un vestuario para dar lecciones a otros futbolistas sobre como ocupar las horas de su vida.
Y SIGUIÓ SUÁREZ que declaró que Dembélé debería ser más responsable en ciertos aspectos. El delantero centro es un auténtico ejemplo de sacrificio, esfuerzo y compromiso y tiene autoridad para decir lo que dice. Pero es cuestionable que deba hacerlo en público sobre un compañero de vestuario. Es posible que se lo haya dicho a él personalmente en privado, pero precisamente un vestuario sabe perfectamente que hay trapos sucios que deben lavarse en casa. Al menos eso es lo que nos han vendido siempre. Una cuestión son los medios de comunicación que publican lo que pasa o lo que se enteran que pasa y otro, los compañeros de club.
DEMBELÉ ESTÁ EN EL ESCAPARATEporque su actitud no ha sido la mejor y porque desde dentro del vestuario se ha llevado hacia afuera su menor nivel de compromiso. Es un chaval, privilegiado sí, con unas condiciones impresionantes para jugar bien a fútbol que necesita, seguramente, mejor orientación. El vestuario es un conjunto de futbolistas que debe velar por competir al máximo cada minuto y tratar de que el concepto equipo y unidad se anteponga a las personas