Florentino acoge el River-Boca
En Argentina el fútbol es altamente inflamable y es imprevisible la llamarada que puede afectar al Clásico de los Clásicos. La vuelta de la Superfinal entre River y Boca se jugará en el Bernabéu el 9 de diciembre a las 20.30 según acordaron las autoridades que han gestionado el episodio más esperpéntico que ha vivido el fútbol. El desempate del 2-2 de la Bombonera, el duelo de alto riesgo entre ‘gallinas’ y ‘bosteros’, se jugará en Madrid, una ciudad abierta y de acogida, y en un estadio, Chamartín, que ha brindado Florentino para el desenlace de esta interminable Copa Libertadores. El mandamás blanco abrirá las puertas de su estadio para recibir un impacto mundial antes de emprender su modernización, las mismas puertas que cerró en las narices al Barça y al Athletic Club para la final de Copa de 2012 con la bochornosa excusa de unos lavabos en obras. Desde entonces, los blaugrana han jugado cuatro finales en Madrid, todas en el Calderón/Wanda.
MADRID ES UNA BUENA SOLUCIÓN
para poner fin a un partido que ha sido imposible celebrar en el Monumental. Madrid tiene prestigio y ambiente futbolero, sus equipos están en la cima y es territorio neutral. La propuesta llega tras el descarte de Asunción y Qatar y fue anunciada por Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno, que días atrás también anunció la coorganización del Mundial-30 entre España, Portugal y Marruecos.
QUE SE JUEGUE EN MADRID NO
rebajará el daño causado por las imágenes que han dejado los violentos de la barra de River pero sí puede ayudar en lo mediático a levantar un torneo glorioso que hoy está por los suelos. También acarreará quebraderos de cabeza para la capital el despliegue de dispositivos de seguridad ante la llegada masiva de hinchas de ambos equipos. Argentina lamenta hoy que el país se haya visto incapacitado para organizar una final que ha traspasado los límites de lo emocional, la final que iba a paralizar al mundo pero horrorizó al mundo