El ‘Cholo’, los ‘cholitos’ y los estilos
“Respeto siempre todas las opiniones porque el fútbol es maravilloso. Hay muchas formas de ganar y todas son buenas. Hay que elegir una y nosotros tratamos de elegir la que más se adapta a nuestros futbolistas. En estos siete años mucho no nos hemos equivocado. Yo soy respetuoso con todos los estilos, con todos los sistemas, con todas las formas, pero siento que a veces no se es respetuoso con nuestro estilo y con nuestras normas”.
Diego Pablo Simeone dixit. Ahora que va a cumplir siete años desde su llegada al Atlético y ha hecho méritos suficientes para que en el Paseo de las Estrellas del Metropolitano comiencen a levantar su estatua al más puro estilo de la de Bill Shankly en Anfield, anda el ‘Cholo’ rebrincado con y por las críticas que le acusan de ser demasiado resultadista, de no aprovechar más la calidad de su plantilla, de tener maniatados a sus ‘cholitos’, de no darles aire, de no dejarlos explorar otro tipo de estilo que, posiblemente, también conviviría y congeniaría con sus condiciones técnicas individuales…
El partido contra el Barça del sábado pasado ha vuelto a poner sobre el tapete todas esas premisas que siempre han acompañado la figura del Simeone entrenador. Reconozco que son muchos los partidos en los que también pienso que el Atleti se deja mucho fútbol en su cuerpo. Evidentemente, casi nunca echo de menos el esfuerzo, el orgullo y la fe, algo congénito en todos los ‘cholitos’ que se enfundan la camiseta rojiblanca, pero sí noto en falta otras facetas futbolísticas que permitirían a su equipo practicar un juego más atractivo sin dejar de ser competitivo, que es de lo que se trata.
Acaba de confesar Simeone en una jugosa entrevista en France Football que “un equipo competitivo es aquel que sabe a lo que juega” y que deja de ser competitivo en el momento que “el trabajo individual pone en peligro el trabajo colectivo”. O lo que es lo mismo: se puede ser igual de competitivo con otro estilo siempre que se sepa a lo que se juega y se puede ser igual de competitivo siempre que el entrenador consiga que los artistas saquen lo mejor que llevan dentro sin romper el ecosistema.
¿Y qué es jugar mejor o peor? ¿Quién tiene la patente para discernir y definir qué estilo de juego es mejor que el otro?, seguro que me preguntaría el bueno del ‘Cholo’ si leyera este artículo. Y yo, con todo el respeto, me atrevería a susurrarle al oído que creo que él es tan excelente técnico y su equipo cuenta esta temporada con tan buenos jugadores que se podría permitir el lujo, en un 80 por ciento de los partidos que disputa, de ser más protagonista, de llevar más la iniciativa del juego, de ser más osado. Podría ocupar más y mejor el campo contrario, defender más alto, como ha hecho en determinadas ocasiones con éxito.
Incluso, si quisiera, también podría buscar el segundo gol después de marcar el primero en lugar de replegarse en su campo y ceder la iniciativa al enemigo en espera de la contra que a veces no llega, como el día del Barcelona, o de la jugada de estrategia que en ocasiones si se da, como el día del Barcelona. A lo peor no es casualidad que de los nueve goles recibidos en la Liga tres hayan sido a partir del minuto 80 y que el equipo haya desperdiciado ya cuatro partidos con ventaja en el marcador.
A veces da la sensación de que los ‘cholitos’ están ya tan metidos en su papel, el que a cada uno le ha dado su técnico, que no terminan de lucir todo lo que llevan dentro. La última ocasión que tuve este sentimiento fue el miércoles contra el Mónaco en la Champions. Con 1-0 al minuto de juego, con 2-0 antes del descanso, con un rival rendido y plagado de chavales que no habían cumplido los 20 años… el equipo acabó hundido en su área defendiendo el resultado y ofreciendo una imagen más de sufrimiento que de placer por la clasificación que estaba consiguiendo.
Escrito lo cual, ¡chapeau, ‘Cholo’!