Los hombres del presidente
En los últimos años de su presidencia, confió totalmente en su hijo, Josep Lluís Núñez i Navarro Gaspart fue su mano derecha en la gestión deportiva y Francesc Pulido, su amigo más cercano
Josep Lluís Núñez se rodeó a lo largo de su mandato de directivos de su máxima confianza. Procuraba tener destacados empresarios o profesionales y les daba la responsabilidad en el área que dominaban. Por ejemplo, fichó al directivo Josep Casals, arquitecto, y fue él quien proyectó el Miniestadi, sin necesidad de externalizar nada. O Josep Maria Antràs y, en los últimos años, Josep Maria Coronas, puntales jurídicos del club. Así funcionaba Núñez, entusiasta del directivo que desempeñaba tareas ejecutivas. Una filosofía muy criticada, ya que buena parte del barcelonismo reclamaba la ‘profesionalización’ del club, es decir, el fichaje de ejecutivos fuertes para cada área. Núñez, en cambio, exigía máxima responsabilidad e implicación en la gestión a los miembros de su junta. Aunque tuvo en sus sucesivos consejos muchísimos directivos, sobre todo en la época en que necesitó pactar consensos, el núcleo de confianza era reducido y cambió poco.
Joan Gaspart, que ganó las elecciones del 23 de julio de 2000, después de la marcha de Núñez, aprovechando los mismos apoyos que tuvo el presidente saliente, empezó como vocal en 1978, pero pronto se convirtió en la mano derecha de Núñez en temas deportivos. Fue el encargado de negociar fichajes y traspasos y también un cortafuegos para el presidente, un directivo mediático que controlaba la escena, capaz de desviar la atención pública de los temas que no interesaba que saliesen en los medios, de hacer declaraciones polémicas o, directamente, de mentir sin pestañear.
Núñez jr., solvencia y lealtad
La confianza de Núñez en Gaspart flaqueó en los últimos años de su mandato, cuando el presidente se apoyó, casi por completo, en su hijo, Josep Lluís Núñez i Navarro, que tenía 18 años cuando su padre accedió a la presidencia, tanto en asuntos económicos como de gestión deportiva. Núñez Jr. fue el mejor baluarte de su padre y un eficaz, leal y competente directivo que compartió con él alegrías y disgustos.
Dos de los directivos de Núñez más emblemáticos fueron Nicolau Casaus y Josep Mussons. Casaus, un histórico opositor, buen conocedor del tejido social barcelonista, construyó el gran apoyo peñístico a Núñez. Y Mussons, que formaba parte de la lista de Casaus en 1978, fue una institución en el fútbol base, aunque la creación de La Masia hay que atribuirla a Jaume Amat Curto.
Amador Bernabeu, que fue presidente del Barça Atlètic, fue un eficaz y carismático agente barcelonista en el mundo federativo. Aún hoy Bernabeu, abuelo de Gerard Piqué, representa al Barça en la UEFA. En basket, Núñez se apoyó en Salvador Alemany y económicamente Núñez escuchó en la segunda mitad de su mandato a Jaume GilAluja, presidente de la Comisión Económica. Otro futuro presidente de la Comisión Económica, Joan Trayter, fue gran amigo de Núñez.
Pero el directivo y colaborador más apreciado por Núñez fue Francesc Pulido, otro empresario de la construcción a quien Núñez puso al frente del área patrimonial. Entró en la lista de Núñez en 1978 por amistad y por razones personales y se sumó a la directiva de Gaspart en 2000, aunque no pudo mantenerse al frente del proyecto de la Ciutat Esportiva hasta su conclusión, como era su deseo, ya que el mandato de Gaspart estalló por los aires dos años antes de la inauguración.
Los ejecutivos
En el área ejecutiva, Núñez siempre exigió lealtad. Durante muchos años, confió la gerencia a Anton Parera, que se convirtió prácticamente en director general, hasta que dejó el Barça para entrar en un grupo mediático, decisión que Núñez jamás le perdonó. En los últimos años, Núñez se apoyó en el discreto Jaume Parés. En el área de comunicación, el periodista Ricard Maxenchs fue el pionero y el creador del Departament de Comunicació, que fue creciendo con los años