La vida de los otros
Un ‘Informe Robinson’ que se convierte en un thriller político muy adictivo
El último Informe Robinson, ‘Operación radio’, sobre la historia de un ciclista alemán llamado Wolfgang Lötzsch, recuerda poderosamente la maravillosa película ‘La vida de los otros’ (Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 2006).
Lötzsch era un apasionado de la bicicleta desde niño que demostró muy pronto unas aptitudes extraordinarias. Vivía en Chemnitz ,la antigua República Democrática Alemana ,yelgobierno quiso poner sus virtudes deportivas al servicio del comunismo, obligándole a alistarse en el partido del régimen para así poder dotarle de las ventajas que concedía el Estado a sus elegidos y tener permiso para participar en las competiciones más importantes, incluidos los Juegos Olímpicos. Pero, junto a su padre, Lötzsch se negó a ser utilizado políticamente. A pesar de ser el mejor ciclista de la RDA y tener unas capacidades que le permitirían sobradamente destacar a nivel internacional, el régimen lo castigó impidiéndole evolucionar a nivel deportivo y le prohibió participar en las competiciones oficiales.
Informe Robinson, en su línea habitual de manejar mejor que nadie la dosificación de la información, va explicando la historia de Wolfgang Lötzsche y siempre aparece un nuevo giro en la trama que te atrapa aún más. Y a medida que avanza el informe, más paralelismos vas encontrando con ‘La vida de los otros’.
La condena de cárcel, la tortura del aislamiento y el espionaje de la STASI, que llegó a completar miles y miles de páginas que controlaban su vida minuto a minuto, convierten el Informe Robinson en un thriller político apasionante que tiene el mérito de contar con el principal protagonista y el entorno de confianza que vivió el calvario junto a él. ‘Operación radio’ no es, ni mucho menos, una advertencia de los riesgos de mezclar política y deporte, sino un claro ejemplo de cómo es el poder el que, demasiado a menudo, desea monopolizar el deporte al servicio de su ideología y como herramienta de propaganda. Seguramente, para Wolfgang Lötzsch, parte del consuelo de haber visto truncada su prometedora carrera es la posibilidad de poder contar ahora su historia