Los cambios del derbi
Valverde, que ganaba 0-3 en el descanso, hizo la primera sustitución ya con 0-4. Y agotó sus tres opciones sin que Aleñá tuviera ni un minuto. ¿Puede entenderse la decisión del míster? Esta vez, quizás sí. Otras, no
Dado que este oficio exige un espíritu crítico permanente o, por llamarlo de otro modo, el ejercicio periodístico requiere una obligada interrogación constante sobre el por qué de las cosas, es legítimo preguntarse cómo es posible que, ganando al Espanyol 0-3 al descanso y con superioridad incontestable, Ernesto Valverde no diera ni un minuto a Carles Aleñá.
Si nos ceñimos al partido, los cambios parecen razonables al venir condicionados no por el resultado ni tampoco por el juego sino por el estado físico de los jugadores. Veamos, primera sustitución. Ya con 0-4 se marcha Dembélé (67’) y entra Coutinho, titular para el míster y que saliendo de una lesión necesita participar para coger el ritmo de competición que, dicho sea de paso, no ha cogido ni jugando.
Segundo cambio. Valverde puede tirar de Aleñá pero prefiere sustituir a Suárez.
Luis, tras dos semanas de baja y con la rodilla entre algodones, deja la plaza a Munir para que juegue once minutos y lo que el árbitro descuente. Cambio de hombre por hombre aunque ese hombre, Munir, quede libre en apenas veinte días. Ernesto, que siempre pretende limitar los riesgos, no cambia nada aunque el derbi lleve más de tres cuartos de hora sentenciado. El es así y su posición respecto a la cantera no puede valorarse por este partido. Otra cosa es la trayectoria.
Tercer cambio, Rakitic (82’) deja su plaza a Denis Suárez. Si algo hay que reprochar a la decisión es el retraso. El croata, que debía descansar en la Copa contra la Leonesa, jugó por el estado febril de Arturo Vidal. Media parte Iván y media parte Busi. Aquí podría discutirse si Valverde, en vez de darlea Denis los minutos de la basura, se los podía haber dado a Aleñá. La diferencia está en que al míster y al club, con el gallego transferible y con dos goles recien marcados en la Copa, le convenía poner a Denis en el escaparate. Está en venta. Aleñá es intransferible y está llamado a ser, pronto, protagonista