Mejor tener una plantilla de gala
La riqueza y variedad de la plantilla ha impuesto que de tener un equipo de gala más o menos consensuado se haya pasado a disponer de una plantilla de gala. Diciembre ha traído la ‘mini-revolución’ de Valverde con el equilibrio y el despliegue de Arturo Vidal y el desborde y el gol de Dembélé: 12 puntos en los últimos cuatro partidos de Liga con 13 goles a favor y el marco de Ter Stegen a cero pero, sobre todo, dando sensación de fortaleza y rotundidad. El Barça de Valverde tiene una serie de jugadores titularísimos que pueden resumirse en Messi, Luis Suárez, Ter Stegen, Piqué, Rakitic, Busquets y Jordi Alba pero no disfruta de lo que el aficionado conoce como el ‘once’ de gala. Aquel que el aficionado enumeraba de memoria no hace tantas semanas y estaba predestinado a jugar los partidos decisivos.
ESTE AÑO EL BANQUILLO TRANSMITE confianza y la sensación es que hay revulsivos. El hecho de que a Coutinho y
Arthur les cueste entrar en el equipo forma parte de la competitividad que existe en la plantilla y, como no, de la estrategia que plantee el entrenador. Valverde vive al día y ha demostrado que premia la titularidad con el trabajo diario, la actitud y la personalidad. Todo lo anterior le sobra a
Vidal. El chileno es de esa raza de guerreros que, como Raúl García, Diego Costa o Luis Suárez, añaden un plus de agresividad impagables. La energía que perdía con los emoticonos de cuando era suplente, la ha canalizado en su genuino carácter ganador.
ARTHUR, CON ASCENDENTE DE LA MASIA, es otra opción para tener la pelota y tendrá sus partidos. Dembélé parece ahora insustituible si hubiera un partido decisivo a la vuelta de la esquina. Ha crecido y ha pasado por encima de Cou, un jugador con números siempre aceptables pero discontinuo como mediapunta al que le penaliza no ser ni un interior consolidado ni un extremo al uso. Le sobra calidad y está contrastado pero debe recuperar su jerarquía a la vuelta de vacaciones