Conmovedora recuperación
El boxeador Prichard Colón mejora notablemente tras la lesión cerebral que sufrió en un combate de 2015
De vez en cuando el mundo del deporte acerca alguna historia emotiva, más allá de la máxima resultadista. Y ésta es una de ellas. La de cómo el joven boxeador de Puerto Rico Prichard Colón (26 años) empieza a recuperar la movilidad después de estar tres años postrado en una cama en estado vegetativo tras ser castigado en un combate de 2015 por Terrell Williams. Una historia de superación en la que, como todas, siempre hay detrás una madre: Nieves Meléndez, que jamás se ha separado de su hijo, desde que se desvaneciera en su vestuario. El primer diagnóstico advertía que Prichard se vería postrado de por vida en una cama, pero fruto de su tesón, constancia y de las múltiples muestras de cariño Prichard ha mejorado notablemente. “Empezó moviendo un dedo y ahora ya mueve piernas, cabeza y manos. Prichard identifica y entiende. Espero que en 2019 camine, dijo Nieves a ‘El Vocero’.
Prichard era un niño que soñaba con ser campeón del mundo de boxeo, y no iba mal encaminado. Sus diez primeras peleas las ganó por KO y a los 23 años contaba con 16 victorias, 13 por KO. Colón esperaba que el combate contra el estadounidense Williams (31 años, invicto) le sirviera para seguir avanzando en su carrera deportiva; pero fue todo lo contrario, acabó con ella.
La primera parte de la pelea fue dominada por Prichard, pero su rival no dejaba de golpearle en la nuca a traición, hasta que el puertorriqueño explotó y le golpeó en sus partes bajas. En ese momento Williams mostró la peor cara de un deportista, señalando al público y a las cámaras de televisión que le iba a cortar el cuello. Los golpes a la nuca no cesaron, y Colón solicitó la ayuda del médico. Acabaría perdiendo la
“Mami, estoy mareado. No puedo ver”, dijo antes de caer desmayado
pelea, y camino de su vestuario las señales no eran buenas. Los mareos fueron seguidos de una pérdida de visión, hasta que sentado en una silla de su vestuario se desmayó encima de su propio vómito.
Fue trasladado al hospital y los médicos dijeron que no iba a salir de su estado vegetativo. Por fortuna, se equivocaron. Ya ha recuperado algunas facultades físicas y quién sabe hasta dónde puede llegar. La fe mueve montañas
Su rival le golpeó de forma reiterada en la nuca en el ring ante la pasividad del árbitro