Una generación de oro para relanzar al filial
Un nuevo B con los campeones de la Youth
La mejor noticia del filial en 2018 ha sido el ascenso de Carles Aleñá al primer equipo. Siempre es un éxito que un joven de la casa se consolide.
Aunque este ha sido un año de contrastes para el Barça B y el Juvenil A. El filial empezó su gran crisis en Segunda A que acabó con la destitución de Gerard López. El técnico que había logrado el ascenso no era capaz de sacar al equipo de una dinámica condenatoria fruto de malas decisiones repartidas entre todos los ámbitos y falta de suerte en algunos momentos. A pesar de la medida tomada en los despachos, el cuadro blaugrana no fue capaz de salvar la situación con García Pimienta, a quien le dieron seis partidos para arreglar todo un curso.
El actual técnico, que firmó por dos años más, llegaba empujado por una dinámica ganadora que había llevado al Juvenil A a lo más alto. García Pimienta volvió a coronar al Barcelona como campeón de la Youth League y también había conquistado la Liga.
Fue un año atípico para el técnico, que empezó como asistente de Gerard, pasó por el Juvenil B y agarró las riendas del Juvenil A cuando Gabri se marchó a Suizo. Pero le salió bien la jugada porque bajo sus órdenes consolidó a una generación histórica de futbolistas en la que sobresalía Riqui Puig, Miranda, Collado, Chumi, Abel o Monchu.
A los pocos días de ganar la Youth League, los caminos de García Pimienta y el Juvenil A se separaron. El técnico pasó a intentar salvar la situación en Segunda A y Denis Silva le tomó el relevo en el sub19, que aún le quedaba disputar una Copa de Campeones que se le hizo larga tras los triunfos ya cosechados. Paralelamente, al Barça B le restaban seis partidos para intentar mantener la categoría. Cayeron en Almería y ante el Reus por la mínima, pero las victorias frente al Sporting y el Cádiz dieron esperanzas cuando todo parecía perdido. El empate en el campo del Albacete sentenció al filial, que un año después regresaba a Segunda B.
En verano, borrón y cuenta nueva. En todo. Se dejaron de lado los fichajes y García Pimienta, hombre de club, apostó por ‘su’ generación. Los logró convencer a todos y ahora el Barça B, con prácticamente toda la plantilla de casa, lucha por las plazas de ascenso. Porque es un equipo competitivo, porque les va en la camiseta, aunque como dice su técnico, al final el objetivo no es promoción, sino formación. El filial ha vuelto a sus orígenes