Florentino manda mucho
La inesperada derrota del Madrid ante la Real Sociedad en el Bernabéu se tradujo en una noche de quejas amargas del madridismo. Contra el VAR, contra el arbitraje, contra la injusticia de un penalti no sancionado a Vinicius ,un atraco y, ¡atención!, una queja oficial de Florentino Pérez a Luis Rubiales por el “escandaloso arbitraje” ante los donostiarras. Poco más de cincuenta mil aficionados en las gradas, noche fría, a 10 puntos de Barça. Insoportable.
El Barça arrancaba trabajosamente tres puntos de Getafe. Un paso firme para conquistar la Liga aunque los expertos y adivinos se empeñen en buscarle los tres pies al gato a las habilidades de Ernesto Valverde, que reacciona enigmáticamente a todo tipo de situaciones. Los ‘resultadistas’ estamos satisfechos. Los estilistas se instalan en los tribunales de los micrófonos y las columnas.
Al loro, que no estamos tan mal, hombre, que diría Laporta en momentos críticos de 2008. En la crisis del Madrid el nombre de Florentino apenas aparece. Y es a él a quien se le fueron Zidane y Cristiano. Anunció el fichaje de Lopetegui a traición, sólo tres días del Mundial de Rusia. Damos la bienvenida a alguien que conoce a la perfección nuestra casa y que ha demostrado ser un gran profesional, dijo Florentino cuando los navajazos entre Rubiales yel presidente blanco parecían una reyerta de taberna.
Lopetegui no aguantó un comienzo de Liga mediocre y la solución Solari está pinchando. El madridismo, es una opinión, tendría que mirar más al palco que al banquillo y que al campo. Florentino sale de todas las crisis sin un rasguño. Manda mucho