El banquillo del Madrid
Hay equipos que con la alineación titular ya meten miedo. Cuando uno ve la delantera del Barça, por ejemplo, con Messi, Suárez y
Dembélé, a cualquier rival le empieza a temblar las piernas. Igual o muy parecido a cuando el Madrid alineaba a Bale, Benzema y
Cristiano Ronaldo.
Pero el éxito de los grandes equipos se sustenta principalmente en tener un buen banquillo de jugadores suplentes. De esos que sean capaces de discutir en los entrenamientos a los titulares. Yo estoy convencido que una de las razones que llevó a Thiago a marchar del Barça fue verse incapaz de arrebatar la titularidad a Xavi. “Con ese monstruo ahí, yo no juego nunca”, debió decirse en más de una ocasión.
Pero esos banquillos también tendrían que dar miedo y causar preocupación en los entrenadores rivales. Mirar hoy el banco de suplentes del Barça asusta por las variantes que ofrece. Mirarlo la temporada anterior provocaba desazón y no invitaba a la esperanza.
El Madrid actual está acusando, entre otros errores, la ausencia de jugadores capaces de ser sustitutos con garantías de
Marcelo, Kroos, Benzema o
Bale. El domingo, ante la Real Sociedad, su banquillo era Ceballos, Reguilón, Nacho, Valverde, Odriozola, Isco y Keylor Navas. Si los titulares perdían, estos otros menos iban a salvar la derrota. Y así sucedió. Eso sí, desde ayer, el Madrid tiene en Brahim Díaz otra promesa para sentarla en su banquillo, que ya no es de oro