Los jóvenes del Girona crecen con Eusebio
El técnico y el club coinciden en su apuesta por el filial
Los clubes humildes como el Girona deben tener en la cantera uno de sus golpes maestros para completar las plantillas con jugadores de la casa y quién sabe si, algún tiempo más tarde, poder hacer negocio con ellos.
Para que los chicos jóvenes pueden pasar su período de fogueo debe haber un entrenador que confíe en ellos, que arriesgue desde el banquillo para que estos puedan demostrar lo que valen sobre el césped. Y eso es precisamente donde parece que Quique Cárcel dio en el clavo al fichar a Eusebio Sacristán el pasado verano tras la marcha de Pablo Machín.
El técnico de La Seca no lleva más de medio año al cargo del Girona, pero desde el primer momento ha insinuado que no le iba a temblar el puesto a la hora de decidirse por un futbolista u otro, porque pese a que con los jóvenes hay que actuar con prudencia, al final el rendimiento sobre el césped es lo que acaba determinando quién juega y quién no.
El primer caso fue el de Pedro Porro. El de Don Benito llegó a la pretemporada a prueba y la intención era que jugase con el filial. Pero rompió el techo del primer equipo y Eusebio le dio toda su confianza desde el primer momento hasta el punto que tiene el privilegio de descansar en la Copa porque es intocable en Laliga.
Puede que las lesiones hayan “obligado” a que el cuerpo técnico tenga que echar mano del filial, pero hay que atreverse. Valery es el otro gran nombre del que habla todo el mundo en Girona. El carrilero, que ya debutó hace unas semanas como titular en el Pizjuán, completó un partido espectacular en Copa ante el Atlético y está llamando también a la puerta del primer equipo. Dos ejemplos de la cantera por no hablar de Aleix García o Douglas, que con 21 y 20 años cada uno venían de pasar desapercibidos con Machín y han crecido de forma espectacular de la mano de Eusebio
Pedro Porro empezó en el B y ahora descansa en Copa para rendir en Laliga