Valverde gestiona mejor que Solari
El Real Madrid tiene un problema con Isco que no sabe como gestionar. A Santiago Solari, buen articulista, analista perspicaz pero verde como entrenador, se está haciendo un lío con un jugador extraordinario que ha sido clave en las cuatro últimas Champions del Madrid. Ha puesto el desequilibrio, el desparpajo, algunos goles y mucha magia. Llegado este momento,
Isco es un jugador que no cuenta para el entrenador, ni como titular, ni como suplente, ni como revulsivo, ni cómo relleno. Por delante suyo pasan los últimos cromos del presidente, de Vinicius a Brahim, pasando por jugadores de la Fábrica que ni algunos merengues sabían que tenían en su plantilla. Cierto es que el grave insulto del jugador hacia la afición del Bernabéu, pillado por las cámaras y difundido mucho menos de lo que el hecho merecía, no ayuda a suavizar una situación que se está enquistando. A final de temporada, Isco será carne de traspaso y, por su enorme talento, el Madrid sacará un buen pellizco si no siguen devaluándole. Mientras llegue ese momento, cada partido que no juega es un alivio deportivo para sus rivales.
En el Barça, Ernesto Valverde ha tenido que lidiar esta temporada con tres problemas de tomo y lomo. El entrenador del Barça, que ya tiene un master en Valencia y Villarreal y dos tesis doctorales futbolísticas en Bilbao y en Grecia, supo gestionar los emojis de
Arturo Vidal, irritado por su suplencia. Ahora el chileno se deja la piel por el Barça ante la Cultural Leonesa, en Levante de Copa o cuando sale como titular. El nivel del centrocampista ha mejorado exponencialmente. Luego vino la patata caliente de Dembélé y esas sábanas que se pegaban más de lo permisible. Cierto que la reunión de
Bartomeu, Mestre, Segura y Abidal con los dos agentes del jugador francés, pusieron a Dembélé en el camino correcto, pero el acierto de Valverde fue darle los minutos y la titularidad. A partir de ahí, notando la confianza, el juego del extremo ha explotado hasta convertirle en fenómeno. Y ahí está finalmente Coutinho. Jugó una gran Liga de enero a junio, empezó bien la temporada, metía goles, lideró el equipo sin Messi, abrió la lata contra el Madrid...
Pero a partir de su lesión muscular, el brasileño perdió fuelle, duende y vínculo con la afición. Se quedó en el banquillo por deméritos propios y, después de Levante, cuando parecía una alma en pena, le dio la titularidad ante el Eibar. Y Coutinho jugó su mejor partido en el Barça. Solari, en 17 partidos, le ha dado dos titularidades a Isco. No hace falta decir nada más