Sí, el Real Madrid ha vuelto... o casi
No sé sabe hasta cuándo o sí es definitivamente por aquello de que vuelve la Champions y con ella el aroma a Decimocuarta, pero los últimos datos extraídos del rendimiento del Real Madrid del partido del miércoles en el Camp Nou confirman lo apuntado en los últimos encuentros y apuntan a que los blancos están de vuelta… o casi.
Para que se pudiera declarar en el Bernabéu el estado de optimismo el equipo blanco tendría que insistir y mejorar todavía en unos cuantos conceptos colectivos que pule adecuadamente, como la presión alta y el achique de espacios defensivo, pero, sobre todo, tendría que recuperar a un par de jugadores que se antojan trascendentales por su valor individual y su peso específico en la plantilla.
Sí, se trata, especialmente, del estado de forma tanto mental como físico de Marcelo y Bale. Dos hombres llamados a ser imprescindibles en el funcionamiento global por sus intrínsecas condiciones técnicas y físicas y por su influencia en el juego de ataque y su relación directa con el gol, pero que andan de aquella manera. Es decir mal.
Cuando un once se planta en el Camp Nou como lo hizo el Real Madrid en la primera parte es porque ha encontrado la senda correcta, indistintamente de que al rival le falten sus dos mejores bazas ofensivas, Messi y Dembelé. Viniendo de donde viene y aunque en la segunda parte diera un paso atrás cuando el Barça apretó clavijas y el néctar de la entrada de Leo se apoderaba del estadio, este Real Madrid vuelve a ser un equipo competitivo, ganador y que ha encontrado los resortes convenientes para continuar aspirando a las tres competiciones en disputa, sin olvidar en la Liga esté a ocho puntos del líder FC Barcelona.
Después de un sembrado de lesiones y de un rendimiento generalizado por debajo de sus posibilidades, para el mes de febrero, Solari se ha encontrado con un terreno fértil donde puede plantar un abono con altas posibilidades de crecimiento.
Superado el ‘affaire’ de Isco, que con casi toda la plantilla sana habrá días que pueda no estar ni en el banquillo, el problema ahora del técnico, bendito problema según dicen siempre los entrenadores, es tener que decidir entre los jugadores que han dado energía al once titular y han sido clave en su recuperación y los que por lesión (Bale) o dejadez (Marcelo) no han tenido ninguna influencia positiva en lo que va de temporada.
Afortunadamente para Solari, Reguilón y tanto Lucas Vázquez como Vinicius se han comportado a un nivel tan competitivo que nada hace pensar que ahora vayan a dejar de hacerlo si se les sabe dosificar como se está haciendo con los Carvajal, Varane, Modric o Kroos…
Todo parece indicar que la teoría, muy del gusto de los técnicos, de que para que un jugador recupere la forma y su status tiene que jugar obligatoriamente, contempla en determinados casos varios puntos de injusticia y al final el único perjudicado terminará siendo el colectivo.
Si para que Marcelo vuelva a ser quien fue tiene que convertirse partido a partido en el escalón más vulnerable del equipo, por donde todos los rivales atacan y por donde Malcom fraguó su mejor partido desde que viste de azulgrana… a lo mejor es mejor que Marcelo no juegue por el bien común y se gane la plaza en los entrenamientos y no en los partidos.
Y el mismo razonamiento se puede aplicar a Bale. Si para que recupere la confianza tira de la ley del mínimo esfuerzo, sin intentar ni un uno contra uno, ni un remate y se limite a tirar centros laterales intrascendentes… pues a lo mejor es más positivo para el colectivo que Vinicius siga creciendo y mejorando en el aspecto de la definición y toma de decisiones, sus asignaturas pendientes más notorias.
Eso sí, bien haría Solari en mimar a Sergio Ramos y Benzema. Son indispensables hoy por hoy, pero quemados de jugar todos los partidos pueden acabar en la enfermería y ellos sí que no tienen recambios