¿Dónde está la perversión de que la liga ayude a otros deportes?
No es un asunto de sumo interés para el aficionado en general, pero sí afecta directamente a los amantes o simpatizantes de algunos deportes denominados minoritarios y que han contemplado con agrado desde un principio que la Laliga apoye económicamente con un patrocinio a aquellas Federaciones que no tienen recursos propios para sobrevivir y, sobre todo, para que su deporte sea visible en los medios de comunicación.
No es extraño que los presidentes de estas Federaciones, además de los representantes de determinados partidos políticos, hayan criticado con dureza el proyecto de la nueva Ley del Deporte que contempla un artículo que impediría que el ente presidido por Javier Tebas pudiera seguir colaborando con ellas y con determinados deportistas de élite a los que también esponsoriza.
El argumento del Gobierno para este cambio en la Ley del Deporte es que desde un organismo, en este caso Laliga, no se puede adquirir, explotar, o comercializar los derechos audiovisuales de las Federaciones u otras Ligas Profesionales. La respuesta de los interesados es evidente: si les quitan la única percha que les da visibilidad en los medios audiovisuales y cierta capacidad financiera, les quitan su pasaporte de supervivencia.
En el fondo trasciende una batalla más de la guerra RFEF-LALIGA. Rubiales sí apoya el nuevo proyecto. Claro, él sí tiene recursos propios para salir adelante.