La vergonzosa y peligrosa escena del Palau Blaugrana

Sucedió el pasado jueves en el Palau Blaugrana. En el partido de Euroliga entre el Barça y el Zalgiris había tantos aficionados lituanos que su entrenador, Saras Jasikevicius, dijo que le había parecido que jugaban en Kaunas. La situación en las gradas fue, además de insólita y desagradable, peligrosa. Más allá de la zona alta de lateral reservada para la afición rival, los lituanos compraron muchas de las 2.500 localidades a la venta. Así, todo el lateral, desde detrás de los banquillos hasta las camisetas retiradas de las leyendas, estaba salpicado de aficionados que se comportaban como si estuviesen en su casa. Se ponían de pie pasando de si molestaban a los aburguesados abonados de esas zonas. Muchos de ellos habían bebido demasiado y se vivieron no pocas situaciones conflictivas entre aficiones. Una situación demasiado incómoda que tiene una causa: la reventa organizada de compañías españolas que, en Euroliga, compran todas las entradas disponibles y hacen negocio con las aficiones de los equipos rivales que más viajan. Aquí no es un problema de ‘Seient Lliure’ porque en, el baloncesto, el Barça padece los llamados ‘Nini’ del Palau: los que ni acuden a los partidos ni liberan su asiento. Mal asunto