La prueba del algodón
Superado con buena nota el Everest que se le vino encima contra Barça (1-1) y Atlético (1-3), el Madrid de Solari encara la ida de los octavos de final de la Champions en su mejor momento. El Ajax asoma en el horizonte como uno de los rivales más asequibles, pero haría bien el técnico argentino, muy dado al perfil bajo, en tomar todas las precauciones posibles, pues un tropezón le sentenciaría. No hay competición más propicia para medir las pulsaciones de los blancos que la Champions, competición que explica como ninguna otra su razón de ser. Sabe bien Solari, conocedor como pocos de la heráldica del club, que la particular relación de cada técnico blanco con la Champions marca su futuro y su lugar en la historia del Madrid. Mou tuvo todos los recursos a su disposición y tiró la toalla tras estamparse con el muro de las semifinales tres veces seguidas. Ancelotti, artífice de la ansiada Décima, fue despedido un año después por quedarse a un gol de la final de Berlín. Y Zidane, que llegó como un parche, hizo historia con tres entorchados consecutivos. Es la hora de la verdad para Solari